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Una familia de náufragos frente a la esquizofrenia

Sandra Ferrús pone voz sobre un escenario a las enfermedades mentales en ‘El silencio de Elvis’ con Pepe Viyuela y Susana Hernández

Rocío García
De izquierda a derecha, Pepe Viyuela, Elías González y Susana Hernández, en un ensayo de 'El silencio de Elvis'.
De izquierda a derecha, Pepe Viyuela, Elías González y Susana Hernández, en un ensayo de 'El silencio de Elvis'.Kike Para

Estamos frente a una habitación modesta de una vivienda familiar. Sobre un sillón de orejas con un paño de ganchillo descansa un hombre con aspecto cansado que intenta ver un telediario. Más activa, su mujer, en batín y delantal, se dispone a preparar la mesa para la cena. De pie, el hijo, un chico esquizofrénico, todo un hombretón ya, no para de repetir la última frase que pronuncian los presentadores en la televisión. Se cree vidente y es tan machacona su insistencia por pronunciar las mismas palabras que escucha que los nervios estallan entre los miembros de la familia. La enfermedad mental de la esquizofrenia salta a un escenario en El silencio de Elvis, obra escrita y dirigida por Sandra Ferrús y que protagonizan Pepe Viyuela, Susana Hernández y Elías González, entre otros. Estrenada en el Teatro Infanta Isabel, de Madrid, la función se representará hasta el próximo 10 de marzo.

El subconsciente está ahí y sale a flote cuando quiere. Sandra Ferrús cuenta que a la de edad de 13 años coincidió en el ascensor con un hombre que claramente sufría una enfermedad mental. Pasó miedo, mucho miedo, pero ahí quedó la cosa y se olvidó. Ahora surge la necesidad de plantar cara a esos miedos y rechazos que provocan el drama de tantas familias que se encuentran excluidas socialmente. No alberga el texto de El silencio de Elvis pretensiones de denuncia, sino de exponer situaciones reales y, a veces, trágicas y dolorosas, de entrar a saco en todo aquello que provoca en el seno de una familia la enfermedad mental, incomprensión, hartazgo, desesperación, y la respuesta social que encuentra. “Yo no soy psicóloga ni psicoanalista, lo único que pretendo es mostrar la estigmatización y el miedo que existe ante los enfermos mentales. Pocas personas se atreven a confesar que ellos mismos o alguno de sus familiares sufren de esquizofrenia. Enfermedades como la depresión están muy mal vistas en la sociedad. Mi intención es buscar soluciones entre todos”, asegura Sandra Ferrús, una alicantina de 39 años afincada en San Sebastián.

El universo de crisis económica en el que se desarrolla la historia de El silencio de Elvis, y más en una familia con serias dificultades para llegar a fin de mes es, para Pepe Viyuela (Logroño,1963), uno de los actores más reconocidos en la escena en nuestro país, uno de los hilos conductores de la obra. “Esta familia, sin recursos ni formación, se encuentra ante una enfermedad que desconocen y están solos. Se topan con el silencio de una Administración lenta y burocrática. La familia es una familia de náufragos que piden auxilio y no lo encuentran, sienten que se ahogan. La función refleja algo que hemos conocido bien en los años de crisis que hemos pasado y es la importancia de la familia, de cómo la familia es el único sostén que te queda cuando está fatal. Aquí se habla de enfermedad mental pero podría ser extensivo a cualquier tipo de enfermedad que, en un momento determinado, hace que la gente se sienta sola y desamparada”, asegura Viyuela, orgulloso de pensar que esta obra pueda contribuir a luchar y debatir contra la estigmatización de este tipo de enfermos.

Es la madre de este chico que sueña con concursar en los realities de la televisión una mujer sobrepasada y cansada. “Es una familia, sin herramientas económicas ni culturales, que se enfrenta a un problema que les sobrepasa por completo. La única arma que tienen para luchar contra lo que se les viene encima es el amor. No tienen ni vocabulario para poner en palabras sus sentimientos. Es una situación devastadora que acaba desquiciando a toda la familia”, explica Susana Hernández (Madrid,1960) , que interpreta a la madre de ese chico alegre y vital que sueña con ser Elvis.

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