Pedro Guerra: “No nos engañemos: de fiesta hay que bailar reguetón”
El artista canario reedita 25 años después su primer disco ‘Golosinas’, con las colaboraciones de Rozalén, Pablo López, Vanesa Martín y Juanes
Lejos de aquel joven recién llegado de Canarias a la capital, lejos de los primeros pinitos de un artista con mucho que decir, lejos de aquellos conciertos en el Café Libertad 8 del madrileño barrio de Chueca, en el que la música de cantautor iba tejiendo su entramado de influencia, Pedro Guerra (Güímar, 1966) vuelve tras 25 años en el mundo de la canción con la reedición de su primer y más importante trabajo, Golosinas. “Quiero revivir, no solo el disco, sino lo que ocurría en los años 90. Veo ciertos paralelismos con el momento que estamos viviendo ahora”, explica el artista que para este aniversario se ha rodeado de tres jóvenes talentos del panorama nacional, como son Rozalén, Pablo López y Vanesa Martín. También está Juanes, con quien llevaba años queriendo trabajar.
Siempre fiel a su sencillo y puro estilo, el músico se preocupa por las letras de sus canciones, que exploran y llegan a las entrañas de los problemas reales que la sociedad como la marginalidad, la migración o corrupción. “Mi música está ligada a un compromiso social, pero también a mi persona y no podría forzarme para conseguir más público", asegura el cantante, que quiere mantener su esencia artística aunque, afirma, el consumo musical actual se rija por la inmediatez. “El compositor y el cantante no han cambiado, los tiempos sí”, sentencia.
“La música se ha vuelto de usar y tirar”, sentencia este artista que se llegó a codear con Sabina, Víctor Manuel, Ana Belén o la mismísima Cesaria Évora. Aunque el peso ahora esté en las plataformas de música online, Guerra mantiene que sigue habiendo gente muy creativa que hace muy bien su trabajo. “En cada época hay una de cal y una de arena”, señala y explica que se ve muy reflejado en los trabajos de los tres cantautores españoles que ha invitado a participar en Golosinas. “Aún no me creo que haya artistas que digan que yo he influenciado su carrera”, confiesa tímidamente.
Dice el poeta y cantautor Marwan de su amigo que fue como El Guardián entre el Centeno para toda la generación de los 90, que rescató a muchos jóvenes asustados que podrían haber caído en el abismo de una época convulsa que desembocó en un enriquecimiento cultural sin precedentes. Ahora, en un momento de revuelo social similar, Guerra espera que su trabajo pueda llegar a las nuevas generaciones. “No nos vamos a engañar. Cuando uno sale de fiesta tiene que bailar reguetón - comenta entre risas -, pero los jóvenes de hoy en día también tienen que aprender a parar y escuchar música que les acerque a la realidad que viven”.
Siempre con un espíritu crítico ante lo que ocurre a su alrededor, confiesa que necesitaba un respiro desde Arde Estocolmo (2016) para retomar de nuevo temas de calado social. Sin embargo, casi sin darse cuenta, con Golosinas de vuelta nos recuerda que se continúan cometiendo los mismos errores. Su canción Contamíname, el más sutil de los cantos contra el racismo, no podría estar más vigente hoy.
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