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El mejor arte budista se da cita en Ámsterdam en medio de acusaciones de abusos

El Dalai Lama recibe por primera vez a representantes de las víctimas en la inauguración de esta muestra dedicada al fundador del budismo Sidharta Gautama

Isabel Ferrer
Buda en bronce. Tailandia, 1890.
Buda en bronce. Tailandia, 1890.Erik y Petra Hesmerg

La vida de Sidharta Gautama, Buda, contada como un diálogo entre arte milenario y contemporáneo, ha llegado este domingo a la Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva) de Ámsterdam. A través de cinco etapas esenciales de su biografía: nacimiento, discernimiento, iluminación, su primera reflexión o discurso, y la muerte, se vertebra una exposición distinta. Las enseñanzas de Buda están impresas en las paredes y comparten el espacio con efigies suyas y obras del artista chino Ai Weiwei, o la japonesa Yoko Ono. Entre todas, forman una ruta silenciosa que contrasta con el esplendor de los sepulcros de los héroes navales holandeses aquí enterrados.

La muestra fue inaugurada el viernes por el Dalai Lama, líder espiritual del Tíbet, en medio de una fuerte polémica por las denuncias de supuestos abusos perpetrados por maestros budistas. El Dalai Lama ha visitado Holanda en siete ocasiones entre 1973 y 2014. En su octavo viaje se ha reunido por primera vez con las víctimas de supuestos abusos sexuales cometidos por maestros budistas tibetanos. Agrupados en torno a #MeTooGuru, son 12 personas de 10 países, y le han dado una carta con los nombres y apellidos de cinco profesores señalados. Ellos temían que conociera los hechos desde hace años, y así fue: el sábado les dijo que lo sabía desde 1993. 

El árbol de la vida

Entretanto, en la Nieuwe Kerk, donde se casaron en 2002 los reyes Guillermo y Máxima, la atmósfera es serena. Se descorre un velo de grandes dimensiones y aparece el Árbol, de Ai Weiwei. Es una pieza monumental montada con madera de ejemplares chinos viejos, que representa la necesidad de preservar la historia.

PixCell-Deer#51, obra del artista nipón Kohei Nawa.
PixCell-Deer#51, obra del artista nipón Kohei Nawa.

Se supone que Sidharta vivió entre el año 490 y 410 antes de Cristo. Hijo de un jefe político, era llamado príncipe, y según la tradición, su madre dio a luz de pie en el bosque de Lumbini (Nepal) sujetándose a la rama de un árbol. A los 29 años lo dejó todo para abrazar una vida ascética. Llegó a la iluminación espiritual bajo el árbol Bodhi (higuera sagrada) en India. “Hemos tratado de plasmar la importancia del árbol y la naturaleza, y este de Ai Weiwei enlaza el ayer y el hoy. Su tronco y ramas están muertos, pero ensamblados como si fuera uno vivo. Es el plato fuerte de la parte contemporánea de la muestra”, señala Marlies Kleiterp, jefa de exposiciones de la Nieuwe Kerk. El ciervo que lo acompaña, PixCell-Deer#51, es del artista nipón Kohei Nawa. Simboliza la incapacidad humana –según el budismo– de aceptar la fugacidad de la vida y la belleza. Cubierto con esferas de cristal, “ambos forman un conjunto único”, añade la experta.

Si bien la Nieuwe Kerk no buscaba un alarde artístico, las cerca de 60 obras reunidas provienen del Rijksmuseum de Ámsterdam, el londinense Victoria & Albert y varias colecciones particulares, entre otros. Algunas figuras conmueven. Es el caso del Buda asceta tailandés, Dukkha-Kiriya, un bronce que le retrata durante su búsqueda del conocimiento. Resistía con un bol de arroz al día y estaba esquelético. Su entereza contrasta con el bronce dorado de la capilla contigua, también tailandés. Echado y con la cabeza apoyada en la mano derecha, adopta la postura asociada al nirvana (liberación). “´No busco hombres sabios y ancianos; persigo lo que ellos buscan´, dijo el poeta japonés Matsuo Basho, y eso es lo que hemos intentado. Que la muestra sea un espejo, como la vida”, señala Siebe Tettero, conservador invitado.

La artista española Alicia Framis, residente en Ámsterdam, incluye una pieza que anima a participar. Es La cámara del abrazo, y “cuando entran dos personas y se lo dan, se encienden una luces que varían de color en función de su intensidad”. “Trato de mostrar el cambio producido en los afectos por la tecnología, y el abrazo del budismo hacia los otros”, dice, en pleno montaje. Su colega japonesa Yoko Ono, esposa del fallecido beatle John Lennon, ha alineado tres montones de tierra oscura traídos de lugares donde se ha violentado a las mujeres. Espera que para la clausura de la muestra, el 3 de febrero, haya crecido ahí hierba. Un signo de esperanza, como el nacimiento de Buda.

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