Un inexplicable desconocimiento
'Filoctetes', ignorada tragedia de Sófocles, muestra su inédita belleza en el Festival de Mérida
Filoctetes, de Sófocles, levantaba muchas expectativas. Para los habituales del teatro en nuestro país porque se trata de una obra nunca representada hasta esta 64ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, donde han desfilado casi todos los textos grecolatinos y sus muy diferentes revisiones. Y para todos porque contaba con un pequeño, pero atractivo reparto: Pedro Casablanc, Pepe Viyuela, Félix Gómez y Samuel Viyuela.
Lo cierto es que los casi siete mil espectadores que han pasado en tres días por el Teatro Romano han demostrado una calurosa acogida sin fisuras al montaje, puesto en pie por Antonio Simón, a la versión de Jordi Casanovas y a los actores y su acompañamiento coreútico. Y es que al margen de los enfoques que pueda tener la adaptación de esta pieza, resulta insólito que esta bella tragedia, representada por primera vez en el festival de las Dionisias del año 409 a. C., donde quedó triunfadora del certamen, no se haya visto más en los escenarios, no solo en España, sino en Europa, donde apenas ha sido representada en los dos últimos siglos.
En esta versión existe un corifeo femenino de siete mujeres, capitaneado por Arantxa Aranguren y coreografiado por Moreno Bernardi. En el original de Sófocles hay un grupo de marineros que, en esta propuesta escénica, se condensa en el personaje de Samuel Viyuela. Pero el director también ha incorporado un coro de mujeres habitual del teatro grecolatino, tal y como hizo con esta obra Eurípides en una versión de la que no se conserva nada, aunque sí hay referencias de su existencia. “Sófocles, con esta obra, hace un homenaje a la Guerra de Troya y su conquista, y desde el punto de vista actual, lógicamente no podemos compartir esa idea belicista, por lo que hablamos Casanovas y yo de poner un coro de mujeres, como contrapunto a la cultura bélica y patriarcal de los griegos que quieren arrasar Troya al precio que sea". Esta historia tragedia tiene lugar durante la Guerra de Troya, cuando ya se han producido los hechos que se narran en la Ilíada pero aún no ha llegado el saqueo de Troya.
Para lograrlo mandan a Ulises, al que en esta versión no llaman Odiseo como se le denomina en la mitología griega, interpretado por Pepe Viyuela convertido en una suerte de politicastro y auténtico esbirro del poder, a la isla de Lemnos, donde está olvidado y enfermo Filoctetes. Con malas artes, urde un entramado lleno de acciones poco honrosas, donde no falta la intriga y el engaño. Para ello se juega con las dudas éticas de Neoptólemo, hijo de Aquiles, papel que aborda Félix Gómez, más actor que nunca en esta tercera incursión en el Festival de Mérida, y sobre el que recae todo el dilema de esta función, en la que se podría decir que, aunque muy coral, el protagonismo lo tiene un inmenso Pedro Casablanc como Filoctetes. Ambos personajes ponen de relieve en unos diálogos de profundo calado valores universales de la condición humana como la amistad, la lealtad, el valor de los compromisos, así como sus valores contrarios, representados por un cínico al frente del poder: Hércules (al que tampoco llaman Heracles), representado virtualmente por Miguel Rellán.
Pepe Viyuela, a pesar de haberse enfrentado al escenario del Teatro Romano en casi diez ocasiones, confesaba nada más terminar la función que cada vez que estrena en este festival queda tan impactado al finalizar la función que se tira dos horas bajo los efectos de un auténtico shock: “En este momento no sé lo que ha pasado, solo sé que he tenido con los espectadores el placer de sumergirnos en un texto como el que acabamos de escuchar, escrito por Sófocles hace dos milenios y medio, pero que nos estaba retratando, tiene la suficiente potencia como para sobrevivir y para hablarnos de nosotros y poder ser recuperado por este festival, que yo creo que no tiene parangón en el mundo, y creo que no exagero”.
Antonio Simón debutó por primera vez como espectador disfrutando en un estreno suyo, algo que siempre le había impedido los nervios, en su larga trayectoria como director: “Ha sido una delicia ver cómo ha seguido el público este texto que tanto hace reflexionar”.
Filoctetes prácticamente no se ha representado en España en la época contemporánea y muy poco fuera de nuestro país. “Es inexplicable”, sostiene Simón, “Heiner Müller hizo una versión diferente a la nuestra, porque siempre valoró muchísimo esta obra, que es de una rabiosa actualidad, no solo porque hable de los tiempos actuales, sino porque sospecho que, desgraciadamente, nos habla de los tiempos que van a venir”.
Filoctetes recorrerá este verano algunos festivales y se podrá ver el 31 de julio en el Grec de Barcelona, el 3 y 4 de agosto en Sagunt a Escena y el 10 de agosto en el Festival de San Javier (Murcia).
Babelia
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