Voces del malestar
Dos antologías retratan la poesía española de los últimos años. Las mujeres toman la palabra
El malestar, la incertidumbre, la revolución digital, la crisis y las crisis son el trasfondo de Sombras di-versas y Poéticas del malestar, dos antologías que comparten el principio de la diversidad de estéticas y difieren en la voluntad de acotamiento. La primera, preparada por Amalia Iglesias, es una selección de poetas mujeres; en la segunda, Rafael Morales Barba presenta una visión global y mixta aunque con una abrumadora mayoría (22 a 3) de poetas varones.
Sombras di-versas parte de dos principios: un arco biológico de dos décadas (Esther Ramón nace en 1970 y Leticia Begé en 1991) y el reconocimiento de una diversidad sustentada en un lenguaje “poderoso” y en la pugna por la identidad en un tiempo crítico y en mutación. Diecisiete poetas que escriben de su intimidad, pero marcada por la circunstancia y lo colectivo. Poetas formadas en un tiempo en el que la poesía escrita por mujeres (años ochenta) comenzó a ser una realidad beligerante y cierta, frente a los ocultamientos y titubeos del tiempo previo a la Transición. La nómina de poetas se deriva, ante todo, de la sensibilidad y el gusto de Iglesias Serna: han sido seleccionadas “desde la absoluta conciencia de ser subjetiva”. Si toda antología es, también, una propuesta de ausencias, en este caso he de afirmar que las presencias son indiscutibles: Julia Piera, Julieta Valero, Marta Agudo, Pilar Adón, Yaiza Martínez, Raquel Lanseros, Miriam Reyes, Sofía Rhei, Leire Bilbao, Ana Gorría, Ana Vidal Egea, Elena Medel, Berta García Faet, Luna Miguel y Emily Roberts. Propuestas formales que van del realismo sucio al expresionismo, del intimismo posromántico a la metafísica y a la indagación lingüística, del real-sentimentalismo a la vindicación de género o de fondo político. Miradas de mujer que desbordan, saludablemente, la frontera del género: poesía de calidad a secas, sin adjetivos.
De desasosiego colectivo califica ese tiempo Morales Barba en Poéticas del malestar. Veinticinco poetas “nacidos alrededor de 1975” (con excepciones llamativas como Manuel Vilas, que lo hizo en 1962, y Jorge Gimeno, en 1964, entre otras) arropados por un prólogo de Antonio Gamoneda y por un estudio preliminar de Morales Barba en el que sintetiza en una frase el común denominador de los representados: “Desasosiego, desarraigo, malestar, fragmento…”. La obra de todos ellos crece con el mismo telón de fondo que la de las poetas de Sombras di-versas, y eso se traduce en una quiebra del paradigma realista y en la búsqueda de otros caminos en lo fragmentario, en cierto irracionalismo, en un caleidoscopio que va del hermetismo a caballo de la ciencia y las redes de Fernández Mallo a la serenidad meditativa de Jordi Doce, pasando por el juego con la esencia del lenguaje de Marcos Cantelli o Mario Martín o la desolación escéptica de Miguel Ángel Curiel, por ejemplo. El malestar social y político y también el malestar del texto, la réplica poética a un mundo sin verdades establecidas.
Abraham Gragera, Luis Bagué, Fruela Fernández, Julio César Galán, Juan Andrés García Román, Gómez Toré, Carlos Pardo, Mariano Peyrou, Benito del Pliego, Esther Ramón, Ana Gorría, Julieta Valero, Josep M. Rodríguez Alberto Santamaría completan la nómina. Salvo en contadas excepciones, ambas antologías se nutren de nombres presentes en recuentos anteriores. Una y otra tienen algo de recapitulación, de constatación de una realidad lírica inestable como el siglo. Y de un alto nivel de calidad.
Sombras di-versas. 17 poetas españolas actuales (1970-1991). Amalia Iglesias. Vaso Roto, 2018. 318 páginas. 16 euros.
Poéticas del malestar. Rafael Morales. Prólogo de A. Gamoneda. El Gallo de Oro, 2018. 628 páginas. 22 euros.
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