Tarzán, Indiana Jones, Astérix y el Pato Donald hacen el paseíllo en San Isidro
La exposición 'Del ruedo al cómic' permanecerá en Las Ventas hasta el 27 de mayo
Tarzán, Indiana Jones, James Bond, Astérix… y otros muchos personajes populares del cine, la televisión o el papel, como Superman, Batman, Spiderman, Los Simpsons, Bugs Bunny, El Pato Donald, Mortadelo y Filemón, Rompetechos y Zipi y Zape hacen el paseíllo en la feria taurina de San Isidro.
Todos ellos han invadido la plaza de Las Ventas y se han instalado en una exposición titulada Del ruedo al cómic. Toros y toreros entre Superman y Rompetechos, —que se podrá visitar hasta el domingo 27 de mayo— de la mano de un apoderado de lujo, el historiador y escritor Fernando González Viñas, comisario de la muestra.
Un centenar de piezas, entre originales y bocetos, de una larga lista de autores de relato gráfico de distintas nacionalidades —Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Francia, la antigua República Democrática Alemana y España— que han situado sus obras y sus personajes en el mundo de los toros, pretenden resumir la estrecha relación entre el cómic y la tauromaquia desde el principio del siglo XX hasta nuestros días.
“La presencia de toros y toreros en los tebeos, tanto españoles como extranjeros, ha sido siempre recurrente”, afirma el comisario. El toro ha sido una excusa para la aventura, el peligro, la situación cómica o la referencia a lo hispano. Autores de fama mundial como Burne Hogarth, Carl Banks, Hugo Pratt y el español Francisco Ibáñez han destacado en sus obras, a través del cómic o el relato gráfico, el encuentro con el toro. “Toros y toreros han ocupado un lugar preferente en el arte complejo, revelador y fundamental de la cultura popular y al que llamamos cómic, tebeo, novela gráfica, historieta o arte secuencial”, añade.
Toros y toreros han ocupado un lugar preferente en el arte complejo del cómic
El catálogo de la exposición explica que “los cómics o tebeos están enraizados en la llamada cultura de masas, y, despreciados por la cultura oficial, su reconocimiento ha sido tardío, a pesar de que en 1964 Umberto Eco los reivindicase en su ensayo sobre la cultura popular titulado Apocalípticos e integrados”. “Su encuentro —prosigue— con otra manifestación popular como es el toreo era inevitable”.
“Tanto la exposición como el catálogo —enfatiza su comisario— vienen a señalar, a través de la creatividad de grandes autores internacionales, el carácter cultural y universal de la fiesta de los toros, así como el hecho de que, le pese a quien le pese, los toros siguen siendo la imagen de España y de México en el extranjero”.
La exposición está dividida en tres partes: la primera, dedicada al cómic español, desde el TBO nacido en 1917 a la novela gráfica; la segunda, al cómic extranjero; y la tercera, al tebeo infantil.
La portada del número 4 del TBO cuenta ya con una escena taurina: un torero volando por los aires tras la acometida de un toro. Además, grandes nombres de la narrativa gráfica española, como Martínez de León, Forges, Javier de Juan, Raúl y Paco Roca se han acercado a los toros en sus obras destinadas al público adulto.
Martínez de León alcanzó el éxito con su personaje Oselito, un típico caballero sevillano, inspirado en el torero Joselito El Gallo.
Paco Roca, Premio Nacional del Cómic, alude a los toros en la página 1 de su obra El invierno del dibujante (2010): una viñeta a página completa de la plaza Monumental de Barcelona.
Los toros siguen siendo la imagen de España y México en el extranjero
La revista Madriz, nacida en 1984, una de las más importantes y transgresoras, publica varias historietas con toros y toreros como protagonistas. Javier de Juan publica ese mismo año la novela gráfica Sic transit o la muerte de Olivares, —obra taurina breve—, una de las de mayor calidad del género del cómic español. Otra propuesta es la novela A las cinco de la tarde, obra de Manolo López Poy (guión) y Miguel Hernández (dibujo), y, por último, Forges unió toros y fútbol en una portada de Hermano Lobo (1972).
Fuera de nuestras fronteras, la tauromaquia ha servido como metáfora de España y México, “como imagen de un país exótico en el que la plaza de toros es un lugar sagrado y en cualquier calle puede aparecer un toro furioso”, se afirma en el catálogo de la exposición.
Una de las propuestas más novedosas se produce en Japón, de la mano de la artista Est Em, autora de Golondrina, novela manga de la que publicará su sexto volumen el próximo mes de octubre.
Y un lugar de honor ocupa Tarzán, de la mano de ilustrador Burne Hogart. En 1957, el rey de la jungla se enfrenta a un toro al que vence rompiéndole el cuello.
Toros y toreros encontraron en los años cincuenta acomodo en los cómics de terror norteamericano; asimismo, James Bond torea en 1992 en una de las calles de Pamplona en Dance of the toreadors, e Indiana Jones vivirá en 1983 una aventura taurina en Barcelona. Por último, Superman se encuentra con los toros en 1953, y Batman en 1957.
Finalmente, Astérix, el pato Donald, el conejo Bugs Bunny, el fantasma Casper, los Simpsons, Mortadelo y Filemón, Rompetechos, Zipi y Zape, todos ellos personajes del tebeo infantil, han vivido múltiples peripecias con los toros.
La obra francesa Astérix en Hispania (1969) reúne diversas referencias taurinas. En EE UU —la industria mundial más poderosa del cómic— la presencia de toros y toreros es muy numerosa, relacionadas con el pato Donald, el conejo Bugs Bunny y Casper, entre otros menos conocidos.
En España, los personajes infantiles más populares han pasado muchos apuros frente a los toros. De todos ellos, destacan las aventuras de Mortadelo y Filemón, original de Francisco Ibáñez; una de las historias más extensas se titula Mortadelo y Filemón. Valor y al toro, en la que los dos agentes de la T.I.A. pretenden recuperar un microfilm escondido en los cuernos de un toro. Curiosamente, existe una edición en alemán, donde los agentes españoles son conocidos como Clever&Smart.
Todos ellos, españoles y extranjeros, agentes secretos, aventureros, fantasmas, reyes de la selva, zombis, superhéroes y personajes infantiles han invadido la plaza de Las Ventas y están dispuestos a hacer el paseíllo en la feria de San Isidro.
Todos esperan a la afición en la sala Antonio Bienvenida, junto al comisario González Viñas —amante de los tebeos y autor de dos novelas gráficas—, convencido de que él no es más que un pionero de una investigación incompleta, y satisfecho de que las aventuras de estos personajes subrayen el carácter universal de la tauromaquia.
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