‘La brecha’ y sus herederos
La bibliografía sobre la revuelta suma nuevas perspectivas que iluminan aquel momento histórico
La bibliografía sobre Mayo del 68 es nutrida, y empezó a configurarse poco después de la revuelta estudiantil y obrera de hace 50 años. Clásicos como La brèche (La brecha), escrita por los pensadores Edgar Morin, Cornelius Castoriadis y Claude Lefort, se publicaron el mismo año. Pero si un lector quisiera entender Mayo del 68 leyendo sólo los libros publicados sobre el tema entre finales de 2017 y abril de 2018, tendría una idea bastante completa de lo que significó aquel momento de la historia.
LA PERSPECTIVA GLOBAL
El historiador Richard Vinen presenta en The Long ’68. Radical Protests and its Enemies (El 68 largo. Protestas radicales y sus enemigos, publicado por Allen Lane) un relato panorámico y coral sobre 1968 como fenómeno occidental y más largo en el tiempo que los meses de ese año. Desgrana los distintos sesentayochos, país por país, y las causas comunes y diferencias. Algunas conclusiones: pese a la retórica revolucionaria, Mayo del 68 fue un movimiento reformista, y Estados Unidos, con el de los derechos civiles y la contestación de la guerra de Vietnam, inspiró al resto de países: a su manera, Mayo del 68 contribuyó a americanizar el mundo.
LA MEMORIA
En Francia, algunas de las grandes novedades mezclan historia con memoria. Es el caso del libro del sociólogo Jean-Pierre Le Goff, La France d’hier. Récit d’un monde adolescent. Des années 1950 à Mai 68 (La Francia de ayer. Relato de un mundo adolescente. De los años cincuenta a Mayo del 68, editado por Stock), sobre la Francia previa a la explosión de 1968, y de 1968, et après. Les héritages égarés (1968, y después. Las herencias extraviadas, también en Stock), del historiador Benjamin Stora. Otro libro memorialístico es Un arbre en mai (Un árbol en mayo, editado por Seuil), de Jean-Christophe Bailly; mezcla análisis histórico con digresión proustiana sobre las experiencias del autor durante el Mayo francés.
LA HISTORIA Y LA FILOSOFÍA
El volumen de historia francesa más destacado de este aniversario es De grands soirs en petits matins (De grandes noches a pequeñas mañanas, editado por Seuil: la gran noche o gran atardecer significa el momento de la revolución), de la historiadora Ludivine Bantigny. Bantigny se ha sumergido en los archivos para restituir lo que ocurrió y significó Mayo del 68, más allá de la nebulosa de interpretaciones y relatos acumulados durante siglos. El movimiento fue, por ejemplo, un acontecimiento menos parisiense, más descentralizado y de provincias, de lo que ha quedado en los relatos canónicos. No todo es el Barrio Latino. El prolífico y popular filósofo Michel Onfray publica L’autre pensée 68 (El otro pensamiento 68, publicado en Grasset, y undécimo volumen de su Contrahistoria de la filosofía). Onfray presenta una genealogía alternativa a la de los filósofos asociados al 68 —Foucault, Deleuze, Althusser…— y señala el papel determinante de las vanguardias artísticas y de pensadores como Henri Lefebvre, Guy Debord y Raoul Vaneigem.
LA MIRADA DESDE EL PODER
Un aspecto a veces soslayado de Mayo del 68 es la mirada desde el poder. Lo explica bien el catálogo de la exposición 68. Les archives du pouvoir (68. Los archivos del poder, en L’iconoclaste), de Philippe Artières y Emmanuelle Giry. O 68, côté De Gaulle (68, del lado de Gaulle, en la editorial L’Aube), de François Flohic, ayudante de campo de De Gaulle, un libro sin pretensiones literarias, pero con un testimonio jugoso sobre cómo el general gestionó la crisis. Flohic fue testigo de uno de los episodios más misteriosos de Mayo del 68: la huida fugaz de De Gaulle, deprimido, cansado y harto de sus ministros y de los franceses, a Baden-Baden, en Alemania. De Gaulle regresó, habló a Francia y zanjó la crisis. El libro termina con una frase de Nietzsche que citaba De Gaulle, y que resume el ambiente en el palacio del Elíseo, y la futilidad de la historia humana: “Nada vale nada. No pasa nada y, sin embargo, todo ocurre, pero esto es indiferente”.
CRÓNICA GRÁFICA
Patrick Rotman —veterano de Mayo y autor con Hervé Hamon del díptico Génération— y el dibujante Sébastien Vassant firman La veille du grand soir. Mai 68 (La víspera de la gran noche. Mayo del 68, editado por Seuil y Delcourt). El libro documenta los hechos de mayo y junio de 1968, entre el inicio de la revuelta estudiantil el 3 de mayo hasta las elecciones del 30 de junio que dieron la victoria al gaullismo (del mismo modo que, unos meses después, la llamada mayoría silenciosa daría la victoria a Richard Nixon en los convulsos Estados Unidos de 1968). De las discusiones entre los estudiantes al desconcierto en el palacio del Elíseo, pasando por las movilizaciones obreras, el libro es una introducción rigurosa y completa para entender qué ocurrió durante aquellas semanas.
LA HERENCIA
¿A quién pertenece Mayo del 68? Hoy se encuentran veteranos de la revuelta en la derecha, en la izquierda y en el centro de Emmanuel Macron. Pero son políticos e intelectuales de la izquierda alternativa —la llamada izquierda de la izquierda del exsocialista Jean-Luc Mélenchon, líder del partido La Francia Insumisa— los que reclaman con más fuerza la herencia. La diputada de La Francia Insumisa Clémentine Autain ha publicado Notre liberté contre leur libéralisme 1968-2018 (Nuestra libertad contra su liberalismo 1968-2018, en Les Éditions du Cerf). Y el psicoanalista Gérard Miller, veterano sesentayochista, lanza en Mélenchon, Mai oui (el título, publicado por Seuil, es un juego de palabras con la palabra Mai, que significa “mayo”; puede traducirse como Mélenchon, claro que sí), una invectiva contra sus compañeros de generación que “se han convertido en adoradores de nuestro actual presidente”. “No quiero”, escribe Miller, “que se crea que todos los antiguos sesentayochistas han acabado por descubrir que bajo los adoquines no estaba la playa sino el mercado”.
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