¿Sueña Amazon con ‘Black Mirror’?
Ahí donde la serie de Charlie Brooker juega con la tecnología y el uso que los humanos le damos, en 'Electric Dreams' son más importantes las emociones, los deseos y la metafísica
Puede que Electric Dreams sea un intento de crear un nuevo Black Mirror, pero es otra cosa. Esta serie, coproducida por la británica Channel 4 (donde nació precisamente Black Mirror antes de pasar a Netflix) con Sony y Amazon (plataforma en la que se ve la serie), está formada por diez capítulos en el que en cada uno se adapta en menos de una hora un relato del escritor de ciencia ficción Philip K. Dick, autor de las novelas en las que se basaron películas como Blade Runner (adaptación de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?), Minority Report o Desafío total.
Y en efecto, muchos pensarán al verla en Black Mirror, pero eso sería un error. Ahí donde la serie creada por Charlie Brooker juega con la tecnología y el uso que los humanos le damos, en Electric Dreams son más importantes las emociones, los deseos y la metafísica. Todos temas que Philip K. Dick ha tratado casi siempre en sus historias.
En Electric Dreams da la sensación de que todo se ha visto ya, de que no cuenta nada nuevo, aunque la factura es excelente, la producción muy cuidada y el reparto está a la altura. Pasan por allí Bryan Cranston (que también es productor), Geraldine Chaplin, Timothy Spall (su capítulo, The Commuter, es de los mejores), Greg Kinnear, Steve Buscemi, Maura Tierney, Vera Farmiga, Mireille Enos y Anna Paquin, entre muchos. Destaca que casi todas las historias giran alrededor de personajes femeninos protagonistas, lo cual es de agradecer en un género como la ciencia ficción.
La serie funciona también como un buen homenaje al autor y como veneración al Blade Runner de Ridley Scott. En muchos de los episodios hay guiños al mundo visual de la película. Pero a todos los episodios les pasa lo mismo: tienen un planteamiento muy interesante, ideas buenas, pero ninguno termina de funcionar bien, todo se diluye en el último tercio de la historia, no tienen finales muy satisfactorios. Aún así, se ve a gusto, es un buen entretenimiento, que gustará más a los que busquen historias cortas curiosas que a los entendidos del género.
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