Los 10 videojuegos de 2017 para 1UP
La sección de arte interactivo de EL PAÍS elige las obras más célebres del 2017, con Nintendo como la gran triunfadora
Hace 12 meses, abríamos el Top 10 de 2016 con la siguiente afirmación: "2016 ha sido un año histórico para los videojuegos". 2017 lo ha vuelto a ser. El arte interactivo vive el momento más dulce de su historia; en todos los géneros y tamaños. El lado más independiente ha florecido este año en muchas de las mejores obras paridas desde el riesgo, sea el transhumanismo de Everything, las viñetas infinitas de Gorogoa, la mezcla entre costumbrismo y fábula de Night in the woods, la exploración de la psique de Hellblade o el realismo mágico a lo Cortázar de What remains of Edith Finch. Las superproducciones no se han quedado atrás, con Horizon zero dawn, Resident evil VII y Wolfenstein 2 como principales abanderadas de la vigencia de la calidad narrativa en el lado más espectacular del medio.
Pero si hay que señalar un por qué rotundo que respalde la afirmación de excepcionalidad de este 2017, este se reduce a una palabra: Nintendo. Los nuevos juegos de The legend of Zelda y Super Mario, Breath of the wild y Odyssey, escriben probablemente las dos páginas más brillantes de la historia del videojuego. Redefinen, además, ese grial que este medio lleva buscando más de una década: la jugabilidad de mundo abierto. El poner en las manos de quien experimenta la obra el mayor grado de libertad posible a la hora de abordarla. Nintendo, además, ha roto el mercado con su híbrido entre portátil y sobremesa, la Nintendo Switch. Y ha firmado otros dos juegos extraordinarios: Splatoon 2 y el inaudito ARMS.
También ha habido sombras en este 2017 del videojuego. Algunas tristemente conocidas, como el constante acoso y derribo a la diversidad que viven muchos jugadores, sobre todo mujeres, como escenificó un lamentable episodio en nuestro país, con la cancelación en primer término de un evento exclusivo para jugadoras, Gaming Ladies, por el acoso internauta. Otras, que venían avisándose. Los presupuestos multimillonarios revientan las costuras de una industria que genera 100.000 millones de euros al año (casi el triple que la taquilla cinematográfica), perpo que deja muchos cadáveres por el camino. Arkane Studios, que no ha dado con la tecla a pesar de firmar un extraordinario juego, el Prey, debe suponer una alarma colectiva para repensar el modelo. Y otras inauditas, como el lamentable episodio entre jugadores de Call of duty que ha acabado con un fallecido por una broma telefónica de moda, la swatting call, consistente en llamar a la policía para acusar de un delito gravísimo a una víctima que ve cómo las fuerzas de la ley se personan en su domicilio armados.
España ha mimetizado a la perfección esta dualidad de 2017. En lo creativo, ha sido probablemente el mejor año en décadas para el sector nacional, con dos compañías acaparando la atención: Mercury Steam con su Raiders of the broken planet y su Metroid: Samus Returns y Tequila Works, con cuatro lanzamientos entre los que ha destacado poderosamente su anhelado RiME. Pero ha sido el año también de la dimisión de Ignacio Pérez Dolset, leyenda del sector, como presidente de la principal asociación de videojuegos, el DEV, por su implicación en la trama de corrupción de la Operación Hanta. El año se cerró con una puerta entreabierta a la esperanza, encarnada en una figura, la del nuevo presidente de DEV, Luis Quintans, que ha convencido al sector mayoritario de la industria, los pequeños y medianos estudios, de que su voz y sus necesidades pasarán al primer plano para la asociación.
Entre tantos avatares, 1UP ha vuelto a convocar una nutrida lista de periodistas, opinadores y creadores de videojuegos para elaborar un top 10 con lo mejor del año. En este artículo paralelo pueden leerse las elecciones individuales de mejor juego del año de todos los participantes. A continuación, la selección de 10 obras que han marcado este 2017. Videojuegos, sin duda. Arte, sin duda también.
1. THE LEGEND OF ZELDA. BREATH OF THE WILD
No podía ser otro. La obra maestra de Nintendo, que recobra el sueño de vivir una aventura sin caminos definidos de Shigeru Miyamoto, creador de esta saga y de Super Mario, ha reinventado la filosofía de diseño de mundo abierto. Quitando lo que sobraba e inventando allí donde faltaba, el equipo capitaneado por Eiji Aonuma y Hidemaro Fujibayashi ha hecho historia. Su belleza, etérea y solemne, deja una huella imborrable en el legado cultural del videojuego.
2. SUPER MARIO ODYSSEY
Nintendo por partida doble. Sin innovar de manera tan aparente como el nuevo capítulo de Zelda, Odyssey ha penetrado en el tuétano de qué significa Super Mario como fenómeno pop y como experiencia artística. Dos palabras: divertirse y asombrarse. O, lo que es lo mismo, recobrar la infancia. Con un macguffin genial, un sombrero que permite al fontanero italiano mimetizarse con objetos y enemigos, Yoshiaki Koizumi, Kenta Motokura y Koichi Hayashida han demostrado que una obra puede alimentarse de la nostalgia sin que ello la haga fofa y prescindible. La segunda página de oro de Nintendo en un mismo año. Una hazaña sin parangón en el medio. Y, probablemente, irrepetible.
3.. HORIZON ZERO DAWN
Hay momentos en la trayectoria artística de un colectivo o una individualidad en la que es preciso un revulsivo, una reinvención total. El equipo holandés de Guerrilla Games, que venía de estancarse con su exitosa saga Killzone, ha dado un golpe en la mesa con este título en mundo abierto que ejemplifica como pocos cómo moldear una protagonista femenina de impacto sin ápice de sexualización. Una obra madura y redonda que ha tenido la mala suerte de caminar bajo la sombra del titánico Zelda. A pesar del asumido eclipse, un imprescindible de 2017.
4. EX AEQUO - HELLBLADE Y WHAT REMAINS OF EDITH FINCH
Los videojuegos indie ya no son una promesa. Son una incuestionable realidad. Las listas de los mejores juegos del año se encuentran cada vez más repartidas entre las grandes superproducciones y los esfuerzos al margen de la gran maquinaria. Las ventas también acompañan a un modelo que se asume de mayor riesgo, por ponerse el foco en lo creativo, pero que en realidad resulta mucho más viable que los presupuestos de cientos de millones de dólares que se están manejando. Estos dos títulos, excelsos ejemplos de narrativa interactiva, dan alas a pensar que un modelo de negocio centrado en lo artístico puede tener sentido.
5. CUPHEAD
Un millón de ejemplares vendidos en una semana. Un bombazo que ni sus creadores se explican. Y, de nuevo, una demostración del poder de los videojuegos indie cuando acompaña la sorpresa. Cuphead, gracias a ser un viviente cartoon animado de los años 30, ha convencido a una masa de jugadores para desenvolsar su ajustado precio (por debajo de los 20 euros) a pesar de su gran dificultad. Pero, a pesar de que las razones de su éxito están en lo estético, es el diseño lo que raya a mayor altura, demostrando que el arte no necesita vestirse siempre de innovador. A veces, es una cuestión de ejecución. Y la de Cuphead es excelsa.
6. WOLFENSTEIN 2: THE NEW COLOSSUS
Matar nazis como leitmotiv. Pero, en realidad, mucho más que matar nazis. Wolfestein 2: The new colossus ha logrado el equilibrismo imposible entre un arte festivo y consciente de su violencia y un finísimo estudio de personajes. Aunque una imagen parezca apuntar a que el título de Bethesda (probablemente la otra gran compañía del año tras Nintendo, a pesar de su tibia suerte en ventas) es de brocha gorda, nada más lejos de la realidad. El pincel o, mejor dicho, la pluma es el arma más letal de esta obra.
7. PERSONA 5
Persona 5 es una obra sobre la adolescencia, sobre el crecer, del calado de un Harry Potter. Una inmersión, con la magia como atrezo, en los problemas que arrastra la juventud japonesa, sometida a tensiones sexuales, criminales y políticas completamente desmedidas. La metáfora jungniana de los arquetipos alimenta un juego asombroso con una narrativa que supera las 100 horas de trama principal. Un esfuerzo colosal que vuelve a demostrar que Japón está en otro nivel cuando de arte y videojuegos se habla.
8. RiME
Pesaba sobre él la sombra de la duda. Pero el videojuego de Tequila Works, el estudio español que ha tirado la casa por la ventana con cuatro lanzamientos en 2017 con excelente recepción crítica, ha convencido a la prensa mundial. RiME tal vez no haya sido un grán éxito de ventas, si el termómetro que marca Steam Spy es botón fidedigno de cómo le ha ido, pero sí ha supuesto un paso extraordinario para el sector español en personarse como una región a tener en cuenta en el panorama internacional. El premio en los Game Awards, los Oscar del videojuego, a Metroid. Samus Returns como mejor juego portátil para Mercury Steam, otro estudio español que comparte ADN con Tequila Works, ha rubricado un año extraordinario para el prestigio del videojuego español.
9. NIGHT IN THE WOODS
De nuevo, lo indie. Tal vez, en su encarnación más pura. Experimental en lo estético, en lo narrativo, en lo estructural... Night in the woods mezcla a Esopo y el costumbrismo norteamericano en una obra imprescindible con los diálogos probablemente mejor escritos de la historia del medio. Un juego que fascina y hechiza por su condición de irrepetible, de feliz anomalía.
10. THIMBLEWEED PARK
Cierra la lista un veterano, Ron Gilbert, padre de clásicos como Maniac mansion y Monkey island. Es decir, padre de la narrativa más brillante del arte interactivo. Thimbleweed Park es un pasar página hacia quien sabe qué otro volumen. Gilbert cierra con un fenomal punto final el espíritu juguetón y autoconsciente que elevó a LucasArts a los altares del videojuego. La despedida entristece, pero a las lágrimas les acompaña una sonrisa.
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