La banda perenne

La Fuga es una banda superviviente. No solo ha aguantado el vaivén de la industria discográfica, sino que ha sobrevivido a la renovación de casi todos sus integrantes. A pesar de todo, acaba de cumplir 20 años sobre los escenarios y de sacar su noveno álbum, Humo y cristales, que recupera el sonido original del grupo. El próximo sábado, 25 de noviembre, lo presentan en la sala Galileo Galilei, de Madrid, dentro del ciclo Los Matinales de EL PAÍS.

Han tardado más de tres años en publicar un nuevo trabajo, pero la espera les ha merecido la pena. “Queríamos retomar nuestro sonido más original; con el anterior disco sí que intentamos hacer cosas un poco diferentes en cuanto a sonido sobre todo, pero en este queríamos ir a tiro fijar y hacer lo que de verdad sabemos hacer”, reconoce Nando G. Miguel (guitarra), que añade que han obtenido el álbum que querían. Llega además en un formato especial: las 2.000 primeras unidades se venden junto al CD y DVD del concierto que dieron el pasado marzo, en la sala La Riviera de Madrid, para celebrar su 20 aniversario y que lleva por título Mientras brille la luna.

Aunque en su repertorio hay grandes temas que han marcado etapas de la banda, como Pa´aquí pa´allá o Buscando en la basura, los tres integrantes se quedan con las canciones de este último disco: con Humo y cristales, single que da nombre al álbum; Cuestión de prioridades, "por sus acordes más heavies de lo habitual"; Mi mundo en tu mirada, que trata sobre el alzhéimer o Nuestro lugar, “porque hay una frase por ahí que dice 'donde fuimos algo más que amigos' y no sé por qué me ha gustado”, justifica Edu Karma (batería) mientras el resto ríe. Además, hay una sorpresa en forma de versión: No me importa nada, de Luz Casal. 

El concierto que ofrecerán dentro de Los Matinales de EL PAÍS será una de las primeras oportunidades del grupo para palpar la acogida del disco, que se publicó el pasado 10 de noviembre. Preparan un espectáculo semiacústico en el que también habrá tiempo para repasar los clásicos. “Nunca hemos hecho ese horario pero creo que va a ser algo divertido”, aventura Pedro Fernández, vocalista, que bromea: “Tendremos que levantarnos a las nueve de la mañana”.

La energía que se experimenta en sus conciertos es una de la claves para “enganchar al público". Edu, uno de los fundadores del grupo, agrega que también “la carretera, ser constantes y un poco pesados” les ha ayudado a mantenerse como una banda perenne. Han logrado no solo que su público crezca con ellos, sino que se sumen nuevas generaciones, creando un auditorio de lo más heterogéneo. “Yo no sé decir por qué, pero me gusta mucho que puedas bajar después de un concierto y hablar con un tío que trae la camiseta de Iron Maiden y con otro que trae corbata, eso le pasa a las bandas que tienen un lenguaje abierto y no son excluyente, no dicen ‘somos unos heavies o unos punkis’; la música es algo universal que tiene que ser para todo el mundo y cuanta más gente la escuche mejor”, explica Nando. Ante este público, ellos prometen “seguir siendo pesados”, al menos, 20 años más.

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