‘The Gifted’: Perseguidos

La expansión de los personajes y tramas de cómics de superhéroes en el cine y las series de televisión ha llegado a un punto de productividad que ya es difícil seguirle la pista a todo lo que se hace. Es ya un género más, que a veces ha funcionado muy bien y otras no tanto. The Gifted (en España en Fox) es la última apuesta de Marvel en televisión y entra dentro del grupo de productos que funcionan bien (aunque podrían mejorar).

La serie tiene como protagonistas a los mutantes de la factoría de cómics, a ese mundo de los X-Menque en el cine suma ya media docena de películas, aunque en esta ocasión son personajes menos conocidos que los Lobezno, Tormenta, Coloso o Cíclope. Lo que en un principio parece que va a ser un drama familiar termina convertido en un despliegue de acción y personajes con poderes en sus dos primeros episodios. Lo ideal en el futuro sería un equilibrio entre ambas concepciones.

El aspecto familiar, con dos hijos mutantes y un padre cuyo trabajo es encontrar mutantes para tenerlos controlados y las dudas que le surgen cuando se entera de la condición de sus hijos son la base de la serie. El eterno mensaje de las películas de X-Men de la búsqueda de la igualdad en cualquier aspecto de la vida y la persecución del que es diferente (tema también recurrente en muchas series últimamente en tiempos de Trump) queda muy patente.

La ficción recupera personajes secundarios y terciarios de los cómics, como Ave de Trueno o Polaris (ojo, que aquí podría haber una relación con Magneto como en la historia original de este personaje), está producida por Bryan Singer (director de varias de las películas de la saga) y tiene varios capítulos coordinados por Len Wiseman (Lucifer, Sleepy Hollow o las películas de Underworld).

The Gifted está más cerca del mundo ideado por Marvel en Agentes de S.H.I.E.L.D. que de las ficciones de Netflix (Daredevil, Jessica Jones, Defensores...), que han creado un submundo Marvel dentro del gran universo cinematográfico de Los Vengadores y compañía. Y es lo que una serie de X-Men debe ser, con aventuras, acción y personajes no muy complicados pero con los que el espectador se puede sentir a gusto (aunque las actuaciones sean regulares). Entretenimiento puro y duro, que no es poco.