Daniel Écija: “Lo normal en este negocio es convivir con el fracaso”
El responsable de series como 'Médico de familia', 'El internado' o 'Estoy vivo' cree que no hay una fórmula para el éxito
"Veo la televisión como una gran montaña rusa de emociones, un gran videojuego en el que puede tener cabida todo". Daniel Écija (Wittenoom, Australia, 1963) lleva más de 20 años creando y produciendo ficción para la televisión y sabe bien de lo que habla. Recibe a EL PAÍS en su despacho. En la gran pizarra que cubre una de las paredes se detallan las secuencias de uno de los próximos capítulos de Estoy vivo, serie que ha creado y cuyo quinto episodio emite hoy (22.40) La 1.
La ficción protagonizada por Javier Gutiérrez también es una montaña rusa de emociones con drama, humor, crímenes y toques sobrenaturales. "El primer reto era hacer algo diferente", cuenta el productor sobre la serie, líder de audiencia desde su estreno incluso frente a un veterano como Gran Hermano. "El segundo era que me emocionara. Y me interesa mucho la parte sobrenatural y los cómics de Marvel, soy un friki de los cómics. Siempre trabajo desde lo que entiendo, lo personal, y tratando de asumir riesgos". El resultado es una ficción que lo mismo puede hablar de qué hay después de la muerte y de segundas oportunidades como hacer chascarrillos a cuenta de Lola Flores y Tino Casal. "Me cuesta mucho hacer una serie que no tenga sentido del humor. Hay una finalidad, que es tener personalidad en todo lo que haga, y eso pasa por que el viaje sea muy ambicioso. Estoy vivo es diferente, y con todas las cadenas de televisión que hay, ser diferente y tener identidad y personalidad es muy potente".
Durante más de una hora de charla, habla con pasión de su trabajo, de su vida y de la televisión, con un torrente de palabras y de ideas en las que incluye cuestiones que sabe que van a aparecer en la conversación. Como la fórmula del éxito para una serie. "No hay fórmulas, eso no existe", se adelanta a la pregunta. "En los noventa se decía que si pones un niño y un abuelo en televisión, eso funciona seguro. Pero no era eso. Con los castañazos que me he pegado, si hubiera fórmula...", ríe quien ha estado detrás de éxitos como Médico de familia, Periodistas, Un paso adelante, Los Serrano, Los hombres de Paco, El internado o Águila Roja y tropiezos como Anclados o Bienvenidos al Lolita. "Lo normal en este negocio es convivir con el fracaso. ¿Cuántas series se nos quedan después de un año de los estrenos de Estados Unidos?", reflexiona en voz alta Écija. "¿Y qué es el éxito en televisión? Pasar de la segunda temporada", se pregunta y responde a sí mismo.
Aunque diga que no hay fórmulas para el éxito, en sus series hay ciertas características recurrentes, como las tramas que incluyen niños o adolescentes. "Me interesa mucho ese tema, la educación y los ambientes y atmósferas que hay, la agresividad que llega a haber en los institutos, el nivel de competencia y postureo que rodea a los jóvenes, cómo les sobreprotegemos...". El resultado, como ocurre en Estoy vivo, son series con la ambición de llegar a todo el público posible, algo que, defiende Écija, deben compartir las producciones para cadenas en abierto y de pago.
"La televisión en abierto y de pago van a tener un reto similar, que es que les vea la gente. La televisión de pago va de suscriptores, y creo que la televisión en abierto y de pago se van a parecer mucho. La televisión de pago la tienen que ver muchos y tiene que ser muy abierta. Por ejemplo, Stranger Things o The Handmaid's Tale no son series cerradas o de nicho. Es bueno hacer series que emocionen a mucha gente, si eso significa para todos los públicos... Pero no confundir con hacer series infantiles, inmaduras, evidentes. Eso es un error ahora y siempre. Tenemos que conseguir devolver la inversión a las nuevas plataformas que nos van a dar la oportunidad de hacer series , y eso pasa por interesarle al espectador, trabajar para el espectador. La televisión va de emocionar, hacer reír, hacer llorar, hacer pensar", argumenta. "¿Si lo ven pocos y lo entienden pocos es mejor? ¿Hacer reír a una señora es fácil? ¿Que a un hombre se le salte una lágrima cuando puede cambiar en cualquier momento es sencillo?", continúa. "Cuando una serie habla de algo importante, algo básico en el ser humano, se convierte en una serie universal y emocionante, en algo extraordinario. Juego de tronos no me parece una serie de nicho, es una serie muy abierta, extraordinariamente abierta".
Mucho han cambiado las cosas desde los tiempos de Médico de familia (1995-1999) para las series españolas. "Pero también han cambiado mucho en Estados Unidos", puntualiza Écija antes de volver a la situación nacional y destacar la evolución tecnológica que ha permitido el acercamiento entre la televisión y el cine visualmente. "Lo que ocurre, una vez más, es que hemos hecho en 20 años lo que otros han hecho en 40. El tejido personal e industrial aquí es un escándalo, somos muy buenos pero no nos lo terminamos de creer", defiende.
Entonces, ¿qué les falta a las series españolas para competir en el mercado internacional? "Nuestra ficción está tremendamente bien situada en el área mediterránea. Pero en el mercado anglosajón, el primer inconveniente es el idioma. Después, manejar los presupuestos de los demás", añade el productor. "Y el formato de duración. Las televisiones deberían ser cómplices de esto. Pero volvemos a la economía: el que se pueda cubrir el prime time con un solo capítulo es muy grave, que el prime time empiece tan tarde es muy grave. Y el último inconveniente es que la cuenta de resultados a las cadenas les sale con este formato de programación. La televisión pública debería ayudar a ordenar o racionalizar la programación de este país". Palabra de Daniel Écija.
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