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Nuevos horizontes para la flota estelar de ‘Star Trek’

Tras 12 años sin una serie de la saga, 'Discovery' retoma las aventuras con la mirada puesta en los problemas sociopolíticos actuales

Gene Roddenberry, el padre del universo Star Trek, prometió llevar al espectador donde nunca antes había llegado el hombre. Tras 51 años de historia y más de 700 episodios en diferentes series —la última de ellas, Star Trek: Enterprise, que se emitió entre 2001 y 2005—, la saga espacial sigue buscando nuevos horizontes gracias a Star Trek: Discovery —Netflix estrena cada lunes un nuevo capítulo—. Sus productores, Aaron Harberts y Gretchen J. Berg, destacan que Discovery bebe mucho de las fricciones políticas actuales. “Los klingon [una raza extraterrestre] nos ayudarán a ver ciertos aspectos de nuestra sociedad y nuestro país”, ha señalado Harberts en alusión a cuestiones como el aislacionismo, el racismo o el continuo redoble de tambores de guerra.

“No nos hemos olvidado del optimismo de la obra de Roddenberry. Siempre aspiró a un mundo mejor, pero vivimos tiempos complicados. Y Star Trek es un recordatorio de quienes somos o quienes podemos ser”, apunta a EL PAÍS el guionista Alex Kurtzman.

En el estudio en Toronto (Canadá) donde se rodó la serie, el tono de los intérpretes es más alegre. Cierto que la trama de Discovery, nombre también de la nueva nave de la tripulación, se centra en la guerra abierta entre el imperio klingon y la Federación Unida de Planetas, pero los actores prefieren hablar de sus recuerdos televisivos. Por ejemplo, Jason Isaacs, quien comanda la nave como el capitán Gabriel Lorca, recuerda el silencio que se hacía en su casa cuando la familia al completo veía la serie original (1966-1969): “Me la tomaba tan en serio que tras un episodio me pasé horas en mi habitación tratando de levitar una taza como hacían en Star Trek”.

Rainn Wilson es tan trekkie que no dejó de llamar hasta que le contrataron para resucitar a un personaje de la serie original: el charlatán Harry Mudd. Y a Sonequa Martin-Green se le saltan las lágrimas por ser la protagonista. “Es un gran privilegio que le debemos a los que vinieron antes, especialmente a Nichelle Nichols”, quien encargó a la oficial de comunicaciones Uhura de la serie primigenia.

Martin-Green también hace historia. Discovery es la primera entrega del universo Star Trek que protagoniza una actriz negra. Ni siquiera tiene rango de capitán, pero Michael Burnham, su personaje, centra una trama que se desgranará a lo largo de 15 episodios. “Soy humana. Mis padres murieron en territorio vulcano cuando era muy joven y me adoptaron Sarek y Amanda Spock”, cuenta. ¿La hermana del señor Spock? “Parafraseando a Alex, vamos a construir el puente con lo ya existente”, responde.

Alude así a por qué Spock nunca mencionó que tenía una hermana. O esas otras incoherencias que los trekkies buscarán en una ficción que se sitúa unos 10 años antes de que el Enterprise despegase en su primer vuelo. Kurtzman insiste en que desean respetar el universo creado a la vez que cambian las reglas. En esa tarea ayudan Jonathan Frakes, el comandante William T. Riker de La nueva generación, y Guillermo Navarro, el oscarizado director de fotografía de El laberinto del fauno que ha buscado dar a esta ficción una calidad visual nunca antes alcanzada en Star Trek.

“No hay comparación que valga, porque yo no soy el capitán Kirk”, destaca Isaacs, ferviente admirador de la estrella de la primera Star Trek, William Shatner. “Pero el dinamismo es otro y pocas veces me verás sentado en la silla del capitán”, remata

El primer caído en combate

Antes del arranque de una serie que habla de guerra, Star Trek: Discovery tuvo su primera víctima. Se trata de Bryan Fuller, el hombre que hace más de dos años resucitó el espíritu de Star Trek tras 12 lejos de la pequeña pantalla. El showrunner y guionista dejó su huella por todos lados. En el nombre de hombre con el que puso a una mujer al frente de la historia. O el de Gabriel Lorca, inspirado en dos de sus escritores favoritos, Gabriel García Márquez y Federico García Lorca. Pensó a lo grande, en una antología autónoma, dramática y serializada. Pero un presupuesto elevado, continuos retrasos y su dedicación a otra serie, American Gods, le dejaron fuera de Discovery. Solo Kurtzman habla del agujero negro del nuevo Star Trek. "Prefiero explicar el por qué nos ha tomado tanto tiempo que hacer algo más rápido y que todos lo odien", señaló sin profundizar.

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