Estética de los hechos

El arte es una suma de invención y recuerdo. El artista nunca ha pretendido abolir el pasado, sino conseguir un lenguaje nuevo que describa los hechos, cómo ocurrieron y el uso cultural que hacemos de ellos. Por eso Caravaggio representó un antes y un después, por su conciencia del drama, por su observación del poder estructural de los cuerpos, cómo éstos señalan, cómo susurran, cómo se encogen de hombros. También Duchamp prefirió la verdad antes que la belleza, esa verdad que es ontológicamente inestable. Deseo de lo real. Vida y arte, la misma piel.

Pero, ¡ay!, un tercer amante caprichoso ha roto el apacible idilio. Es el museo, esa cáscara de nuez que empodera y se apodera de los espacios infinitos del arte. Hasta las últimas consecuencias, Duchamp reina en estos mausoleos: una pasarela de moda en el Guggenheim, una familia de conejos hinchables en el Pompidou, y ahora una mesa de disecciones en el Macba. Forensic Architecture es altísimamente recomendable como concepto, pero también como “prueba” de muerte (institucional). El sentido de desplazamiento que produce esta curiosa exposición es inevitable: ¿estamos en una sala de videojuegos, la redacción de un periódico, un despacho de arquitectura, un cine 3D, un tribunal de justicia internacional, una nube virtual?

FA reúne los trabajos de una agencia de investigación fundada en 2010 por arquitectos, cineastas, periodistas, científicos y abogados que actúan a petición de juristas internacionales y ONG para investigar la violencia y el control de los Estados y grandes corporaciones sobre los individuos y el territorio. El equipo, con sede en Goldsmiths (Londres), entiende la arquitectura como plástica política que toma los edificios como sensores, produciendo un ensamblaje de datos: pruebas fruto de peritajes y grabaciones de la población autóctona, maquetas y cartografías interactivas. Los llaman “antídotos contra la posverdad”. La identificación del cráneo de Mengele, los ataques de drones estadounidenses en la frontera entre Pakistán y Afganistán y la cárcel de torturas siria de Saydnaya son algunos casos de estudio.

Antes de entrar en el museo, los ensayos visuales de FA se presentaron en la última Bienal de Venecia de Arquitectura y en la Documenta XIV de Kassel. En el marco del Macba, la representación de las “pruebas” se activa y se desactiva, al contrario que las verdades ocultas del mundo, esa gran narrativa (Foucault) contra la que parece imposible actuar. Y en ese juego (de dentro y fuera del museo) seguimos.

‘Forensic Architecture. Hacia una estética investigativa’. Dirección: Eyal Weizman. Macba. Barcelona. Hasta el 15 de octubre.