_
_
_
_
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Corridas de toros a la balear: los jueces, culpables

¿No había dejado claro el Constitucional que las autonomías no pueden prohibir la fiesta?

Vista general de la plaza de toros de Palma de Mallorca.
Vista general de la plaza de toros de Palma de Mallorca. TOLO RAMÓN
Antonio Lorca

La ley del Parlamento balear sobre las corridas de toros sin muerte y sin sangre no dejaría de ser una chistosa algarada si no supusiera la antesala de algo reamente grave: la supresión legal de los toros en España en cuanto una mayoría parlamentaria lo permita. Lo sucedido tiene un responsable: el Tribunal Constitucional.

Más información
Baleares aprueba las corridas de toros sin sangre ni muerte
De cómo el Constitucional condena a muerte la tauromaquia en Cataluña

La idea inicial de los promotores baleares era suprimir la fiesta al igual que hizo el Parlamento catalán, pero modificaron el proyecto de ley para no incurrir en ilegalidad a raíz de la sentencia del Constitucional sobre la prohibición catalana. Por esa razón no suspenden la fiesta, sino que la modifican, a sabiendas de que esa decisión supone en la práctica la eliminación de todo vestigio taurino en las islas, y puede que no contradiga la doctrinal del alto tribunal.

Pero, ¿no había dejado claro el TC que las autonomías no pueden prohibir la fiesta de los toros, reconocida por ley como patrimonio cultural de todos los españoles?

Lo dijo, sí, pero no con la claridad suficiente. El TC afirmó que cada Comunidad Autónoma debe respetar la tauromaquia como patrimonio cultural español, que no puede alterarse por “la existencia de rechazo, desafección o desinterés de parte de la población respecto a este espectáculo”.

Pero, según Luis Hurtado, profesor titular de Derecho del Trabajo en la Universidad de Sevilla y reconocido experto en derecho taurino, “el verdadero debate que subyace en la sentencia es si cada Comunidad podría regular la estructura y secuencia de la corrida, y hacerlo de un modo agresivo, esto es, alterando o suprimiendo sus elementos y convirtiéndola en otra cosa”. “El TC —añade— no despeja la cuestión, pero de sus razonamientos se infiere una respuesta negativa”. A su juicio, la sentencia encerraba un par de afirmaciones preocupantes para el futuro de la fiesta. Primero, que las CC AA podían regular “el desarrollo de las representaciones taurinas”; y así lo han hecho cinco de ellas con la promulgación de sus respectivos reglamentos taurinos propios. Lo nuevo, no obstante, asegura Hurtado, es que esa afirmación “incluyera la posibilidad de dictar reglas autonómicas sobre la estructura, elementos y secuencia del espectáculo”. Y la segunda “afirmación perniciosa es que las CC AA también podrían, en virtud de su título en materia de protección de los animales, decretar medidas para el especial cuidado y atención del toro bravo”.

Es decir, el TC no estableció con nitidez hasta dónde pueden llegar las competencias estatales y autonómicas en materia taurina, aunque se pueda concluir que un Parlamento autonómico no tiene capacidad para desnaturalizar la tauromaquia hasta su desaparición porque ello supondría un quebranto de un patrimonio cultural de todos los españoles.

Precisamente, esta indefinición es la base de la nueva ley balear, que nada tiene que ver con la fiesta de los toros en Portugal, donde no hay picadores ni suerte suprema en el ruedo, pero sí banderillas y un puntillero que acaba con la vida del toro en los corrales; ni con las Islas Canarias, donde los toros no están prohibidos por ley. Allí se acabaron en 1984 porque no había afición.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_