‘La pelu’, más caspa en TVE
La nueva serie de La 1 ha aterrizado en 2017 directamente llegada de 10 años atrás. O de 20
En verano el consumo de televisión desciende: las vacaciones, la mayor cantidad de horas de luz y el calor invitan a apagar la pantalla, salir a la calle y practicar otras actividades que tenemos más abandonadas durante el curso. En los canales lo saben y en estos meses recurren a programas muchas veces descritos por las propias cadenas como "fresquitos", "refrescantes" y demás variaciones. Es decir, productos enlatados, concursos que buscan una pequeña oportunidad lejos de la feroz competencia de la temporada alta televisiva y series internacionales de las que no requieren que el espectador piense demasiado. Por ejemplo, Antena 3 este año va a por todas con tres series ya canceladas, Hora punta, Stalker y Almost Human (esta última, que estrena este martes, es bastante digna, todo sea dicho de paso, pero cancelada) y la segunda temporada de Lucifer. Las series españolas, que suponen una mayor inversión y de las que se espera mayor retorno, quedan para otro momento del año.
Televisión Española, en cambio, ha dado descanso a Javier Cárdenas y su otra Hora punta y ha decidido estrenar la tira cómica La pelu. Contaba el director de TVE en la presentación de la serie que la idea llevaba desde 2008 sobre la mesa en el centro de producción de RTVE en Sant Cugat del Vallès. Y, efectivamente, parece que de ahí venga. O incluso de más atrás en el tiempo.
La pelu es exactamente lo que se espera de ella: una colección de capítulos breves protagonizados por un grupo de personajes/clichés que enlazan chascarrillos y comentarios acompañados de desesperantes risas enlatadas en el entorno de una peluquería de barrio. El resultado es una serie que ha aterrizado en 2017 directamente llegada de 10 años atrás. O de 20. Con su humor blanco aspira a acoger bajo su ala a todo tipo de público, algo parecido a lo que querían hacer iFamily o El hombre de tu vida, algunos de los recientes descalabros de la pública en cuestión de ficción. El humor familiar no es necesariamente algo destinado al fracaso. Pero sí si se sigue ejecutando sobre moldes anticuados, casposos y estereotipos pasados de moda.
De momento, se queda muy lejos de lo que logró Camera Café, que apostó por un humor más ácido e incluso surrealista. También es cierto que la primera versión de Camera Café, que se vio en algunas autonómicas, no funcionó. A las series, y sobre todo a las comedias, hay que dejarles un tiempo para que tomen forma. Pero esta Pelu solo suma caspa a la cadena pública.
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