El héroe de acción que se quedó en Silicon Valley
La cuarta temporada de la serie creada por Mike Judge puede verse ya en HBO y Movistar Series
Thomas Middleditch iba para héroe de acción. Tenía hasta el apellido, complicado como los de Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone o Jean-Claude Van Damme. Una pena que el protagonista de Silicon Valley (cuarta temporada en HBO y Movistar Series desde el 24 de abril) nunca tuviese el cuerpo. “Mis influencias fueron todo lo que yo no era. Siempre me gustaron las películas de acción, los tipos duros que se liaban a hostias contra otros igual de corpulentos”, admite a carcajada limpia este humorista capaz de distinguir el mundo que le separa como persona y como actor. No ocurre así con sus seguidores, que se acercan al intérprete canadiense de 35 años esperando ver a Richard Hendricks, el programador solitario que protagoniza la serie Silicon Valley.“Lo que no saben es que no soy precisamente de los listos”, confiesa a EL PAÍS acerca del papel que le ha dado la fama.
En Silicon Valley es fácil confundir a Middleditch con su personaje, porque la comedia que ahora comienza su cuarta temporada cada vez suena más real dentro de lo absurdo del mundo en el que se mueve. Su creador, Mike Judge, la escribió inspirándose en sus propias experiencias en este océano de geeks y tiburones. Y Middleditch lo tiene claro. “Sé que una de las razones de nuestro éxito como serie es que, en su mayor parte, somos un buen reflejo de lo que se cuece en Silicon Valley”, resume. La crítica le da la razón, según el agregador Rotten Tomatoes. Lo mismo que Bill Gates, seguidor de una serie que menciona como uno de los ejemplos más realistas de sus propias experiencias en el campo de la tecnología. “Si vas a llamar la atención sobre lo absurda que es esta industria, lo menos que puedes hacer es reflejarla con la mayor credibilidad posible para no quedar como un idiota”, insiste el intérprete.
La misma apariencia pálida, enclenque y timorata que le impidió a Middleditch ser héroe de acción le convirtió en el candidato ideal para Richard, personaje construido a su medida. Lo mismo le pasó con su carrera como actor, que se convirtió en una tabla de salvación que le permitió sobrevivir la adolescencia. “Digamos que mis años de colegio no fueron los más maravillosos de mi vida, y solo cuando me metí en arte dramático descubrí la forma de hacer que la gente se riera conmigo y no de mí”, recuerda.
El humor como arma
Ahora, Middleditch sigue utilizando el humor como mecanismo de defensa y tarjeta de visita, insistiendo en su desconocimiento de una industria a la que da rostro. La dosis de realismo se la deja a los guionistas. “Yo me limito a aprenderme el papel, que los diálogos son extensos”, agrega sin mayor método en su interpretación. Aun así, admite que Silicon Valley, la serie, le ha abierto las puertas a un mundo hacia el que canalizar sus inversiones. “Tampoco es que sea un gran inversionista, o sería millonario en lugar de mileurista”, bromea dejando claras sus finanzas. “Pero con lo que tengo puedo hablar cara a cara con los que trabajan en esta industria e invertir en lo que me interesa, energías renovables que potencien aviones eléctricos o la desalinización solar”, detalla.
El actor también habla de su interés en un prototipo con el que concluye la temporada de Silicon Valley, pero del que no quiere dar datos para no destripar el relato. “Digamos que me apunto a todo lo que pueda hacer este planeta más verde, especialmente ahora que nos gobierna el Sith que tenemos como presidente”, remata, realista.
El precio de la fama
En la ficción de Silicon Valley sus protagonistas no acaban de alcanzar la gloria. En la realidad, se han hecho un nombre. Y la fama nunca llega libre de consecuencias. "¿Puedo decirte un 'sin comentarios'?", es la respuesta de Middleditch cuando le preguntas por su compañero T.J.Miller. Es el que más fama tiene, parte del fenómeno Deadpool, y también el que fue arrestado tras una trifulca con un conductor. "Prefiero no decir más nada aunque le deseo toda la suerte", añade en referencia a quien en la actualidad trabaja con Steven Spielberg. Como recuerda Middledtich, Silicon Valley no les lleva más de cuatro meses al año y cada uno de sus protagonistas es libre de hacer fuera del set lo que quiera o pueda. A él también le han salido oportunidades, convertido en el rostro de la compañía de telefonía Verizon y la voz de la película animada Capitán calzoncillos. "Pero Richard sigue siendo un personaje divertido de interpretar", concluye apuntando a nuevas temporadas.
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