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Carles Francino: “Los políticos han colonizado los medios”

El director y presentador de ‘La Ventana’ critica la retransmisión en directo de las peleas de Podemos

Rosario G. Gómez
Carles Francino, durante la emisión de la 'La ventana', el viernes en Las Palmas de Gran Canaria.
Carles Francino, durante la emisión de la 'La ventana', el viernes en Las Palmas de Gran Canaria. Quique Curbelo

La Unesco conmemora mañana el Día Mundial de la Radio, una celebración a la que la cadena SER se suma con una jornada de puertas abiertas. Los oyentes podrán visitar la sede central de la compañía en Madrid y asistir en directo a la emisión de sus principales programas. Carles Francino, que el pasado viernes ya abrió La Ventana al público de Las Palmas de Gran Canaria, considera que en tiempos de posverdades, falsas noticias y hechos alternativos, la radio en directo “admite muy poquitas trampas”. No obstante, observa con inquietud cómo las ondas han sido colonizadas por los políticos. Y advierte: “Estamos en una burbuja de información política que está a punto de reventar”.

En un ejercicio de indisimulada autocrítica, Francino (Barcelona, 1958) asegura que la radio se ha visto contagiada por el modelo Sálvame, anclado con fuerza en el ecosistema audiovisual. “La política es importante, y especialmente atractiva para los medios, pero lo ha colonizado todo y es necesario salir de este monocultivo. España tiene un problema de partitocracia y en los medios la política está sobrerepresentada. Frente a esta tendencia, tenemos que llevar a la antena las cosas que le ocurren a la gente en el día a día y dejar de lado el periodismo de agenda y declaraciones”.

Tras esta reprobación late la cobertura dada al largo e intenso prólogo del Congreso de Podemos, que culmina este fin de semana. “Hemos retransmitido en directo, minuto a minuto, frase a frase, una pelea de vecinos, una bronca que parecía Escenas de matrimonio”. El periodista confía en que cuando todos los partidos aclaren su posición y fijen sus liderazgos “se bajará el pistón” y los medios podrán recuperar su función básica: contar un montón de historias interesantes, como la de Beatriz Esteban y su lucha contra la anorexia, o la de Pablo Yuste, que presta ayuda humanitaria desde el centro logístico del Programa Mundial de Alimentos de la ONU en Canarias. “Esa es la tarea del periodismo”, enfatiza.

Con casi cuatro décadas de oficio a sus espaldas, Francino defiende que la radio —sintonizada cada día en España por más de 23 millones de personas— es lo que más se parece a la vida real y subraya la enorme vitalidad de la radio hablada, un caso insólito, solo comparable a Colombia en todo el mundo. “En España hay una cultura radiofónica sólida y una enorme exigencia por parte de los oyentes. No creo que esta tendencia sea fácil de revertir”. Percibe que la radio admite todas las transformaciones. “Lo que no admite es la miseria: el lápiz y la alpargata. Necesita talento, investigación, ideas... Y eso cuesta dinero. Hay gente que cree que la radio se puede adelgazar con tecnología. Quizá ignoran que la radio no se puede hacer con máquinas ni puede ser un producto de laboratorio. Hacen falta personas”.

Los nuevos soportes, y especialmente Internet, se presentan como valiosos aliados. “Los mimbres con los que elaboramos los programas son los mismos que hace décadas. La diferencia es que ahora podemos hacer también productos en diferido, como los podcast, llamados a ser una fuente de audiencia muy potente”. En este nuevo entorno digital, la industria radiofónica se ha encaramado a las redes sociales. “Es un territorio donde encontrar ideas y tendencias muy interesantes. Son un vehículo para la participación, aunque no creo en la barra libre. Tiene que haber un filtro”.

La revolución tecnológica ha difuminado las fronteras de los distintos medios y abatido barreras. “Ahora todo es global. Los periódicos hacen televisión, y las radios, vídeos. Nos ponen cámaras en los estudios, pero cada medio tiene su intríngulis. La radio en ningún caso puede ser considerada la hermana pobre de la televisión; se hace para ser escuchada”.

Para Francino, las nuevas tecnologías exigen renovados lenguajes. Afirma que lo mejor que se oye hoy en las ondas es ‘Todo por la radio’, una sección integrada en La Ventana que combina “humor, ingenio, crítica y una mirada a la actualidad (también la política) bajo un prisma surrealista”. El periodista remarca la “especial” relación del oyente con la radio, muy distinta de ese vínculo “frívolo” que el espectador establece respecto a la televisión. Jornadas como la de mañana permiten a las emisoras pulsar el estado de ánimo de los radioescuchas. “Es una especie de exhibición. Nos colocamos en el escaparate, vemos la cara de la gente y, a la vez, la gente ve cómo trabajamos”.

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