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INFINITO PARTICULAR
Columna
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Snarky Puppy asoma la cabeza

La banda estadounidense cerrará el Festival Jazz Plaza este sábado en La Habana

Algunos de los miembros de Snarky Puppy.
Algunos de los miembros de Snarky Puppy.Royal Artist Group

Se cumplen diez años del primer disco de Snarky Puppy: The Only Constant. En sus comienzos tuvieron que patearse salas medio vacías: una vez, en Flagstaff, Arizona, había solo quince personas que, en realidad —los músicos lo descubrieron más tarde—, estaban allí por el karaoke. Entonces viajaban en una camioneta alquilada con un remolque y, además de los instrumentos musicales, llevaban sacos de dormir porque a menudo no sabían dónde iban a pasar la noche. Ahora se presentan en los festivales de jazz más prestigiosos: en Los Ángeles han pasado de tocar en un pequeño club como The Mint al Hollywood Bowl. Los lectores de la revista Down Beat acaban de votar a Snarky Puppy, por segunda vez consecutiva, grupo de jazz del año. Los de Jazz Times los eligieron hace meses como mejor big band. Ya tienen un Grammy a la mejor grabación de R&B en 2014 por el tema Something —con la voz de Lalah Hathaway— y otro al mejor disco instrumental contemporáneo en 2016 por Sylva.

Los fundadores del grupo con nombre de cachorro se conocieron en la Universidad de North Texas. Muchos estaban todavía terminando sus estudios de música cuando salió el segundo disco, The World is Getting Smaller. Pronto su base de operaciones se trasladó de Denton, estado de Texas, al barrio neoyorquino de Brooklyn. Las riendas las lleva Michael League. El productor, compositor y bajista, de 32 años, que en sus días universitarios tenía como referencias del bajo a Dave Holland y Ray Brown, y que cita siempre al teclista Bernard Wright, está al frente de esta especie de colectivo de músicos que entran y salen de la banda —en los últimos tiempos suelen coincidir en ella entre nueve y catorce— en función de los compromisos personales.

Su generación ha crecido en la diversidad musical y Snarky Puppy integra desde influencias de Weather Report o Hermeto Pascoal hasta James Brown o Radiohead. Puede leerse en su web que representa la convergencia de las músicas de la América negra y la América blanca con acentos de otras culturas. Michael League dice que se trata de música pop intrumental con mucha improvisación.

En 2014 los Snarky compartieron con la Metropole Orkest de Holanda Sylva, una suite orquestal en seis partes inspirada por los bosques. En este 2016 han publicado el segundo volumen de Family Dinner, grabado en Nueva Orleans con cantantes como David Crosby, Laura Mvula, Becca Stevens, el maliense Salif Keita o la peruana Susana Baca, y el disco Culcha Vulcha. Su última ocurrencia es una caja de 32 discos compactos —más las descargas en alta calidad— con los dieciséis mejores conciertos de la gira que dieron el pasado verano por una docena de países. Y, a partir de abril, Snarky Puppy tiene previsto actuar en más de treinta ciudades de Europa.

No hace tanto que League aún mandaba correos a todos los promotores de conciertos, representantes de artistas y compañías de discos que se le podían ocurrir. Lo estuvo haciendo años sin que le hicieran caso. Hoy ya no los necesita.

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