Un nuevo ‘Víctor Ros’ por dentro y por fuera

El Víctor Ros que regresa a La 1 esta noche (22.35) no es exactamente el mismo del que los espectadores se despidieron al final de la primera temporada de la serie. El inspector, interpretado por Carles Francino, vive ahora su mejor momento. Corre 1898, cinco años después de que resolviese el mayor caso de su carrera, está considerado el mejor policía del país y tiene una familia perfecta. Pero, de repente, todo cambiará y Ros viajará a Linares mientras investiga el robo del oro del Banco de España.

“Lo que pasa en el primer capítulo le condiciona para el resto de la temporada”, adelanta el intérprete. El cambio de aires hará que algunos personajes se queden atrás, pero aparecerán nuevas caras. “Ha dado penilla, porque en la primera temporada hicimos piña, sobre todo los del sector de la comisaría”, agrega.

La segunda entrega de Víctor Ros no solo supone un punto y seguido en la trama en torno al detective creado por el escritor Jerónimo Tristante. Otro equipo toma los mandos detrás de las cámaras de esta serie producida por Secuoya Contenidos para darle un aire nuevo a la ficción.

“Hemos intentado dar la vuelta al aspecto visual”, dice Emilio A. Pina, productor ejecutivo, para explicar la reducción del uso de cromas y efectos visuales en favor de las localizaciones naturales. “Cuando repites muchas veces un truco, al final pierde el efecto. En aquella temporada iba muy bien porque se apostaba por la teatralidad”, opina.

Aunque la serie ha contado con algunos platós fijos, el 90% de esta segunda temporada se ha rodado en exteriores, muchos de ellos en Guadalajara y alrededores. “Rodar así siempre resulta un poco más duro, porque el plató tiene una comodidad que los exteriores no dan, pero los decorados naturales hacen que la serie tenga un aspecto visual más importante y más rico”, explica Iñaki Peñafiel, uno de los tres directores, junto a Daniel Calparsoro y Belén Macías, de los capítulos de la entrega.

El cambio visual ha dado más trabajo al departamento de arte y se ha reflejado también en la dirección. “En época actual puedes encuadrar para arriba, abajo, izquierda, derecha... todo vale. Aquí tienes que medir muy bien los encuadres”, resalta Peñafiel.

Recrear el final del siglo XIX en pleno siglo XXI no es sencillo. “Hay una cantidad de elementos anacrónicos impresionantes”, incide Luis Vallés, director de arte del programa, quien destaca, por ejemplo, el cuidado que hay que tener con unos suelos que en la época narrada eran adoquinados o de tierra y muy pocos de asfalto. “Eso ha sido un suplicio y un gasto impresionante”, destaca.

Para Víctor Ros, se rediseñó totalmente el fuerte de San Francisco, en Guadalajara. “Por ejemplo, lo que en El tiempo entre costuras fue una comisaría, ahora es el Café del Oso de Linares”, cuenta Vallés. “Ha sido un trabajo intermedio entre el de un decorado que ya existe y el que haces de cero y te permite tener unos tiros de cámara que en plató no puedes tener”, apostilla.

Entre las novedades de la temporada se encuentran incorporaciones al reparto como la de Paco Tous, que dará vida al sargento Giralda, cuyas formas chocarán con las de Ros. “De entrada, Ros es un señoritingo que viene a tocarme los bigotes en mi terreno”, bromea el actor, que destaca de la serie “la magia de la intriga y el género policíaco”. Junto a Tous, se unen al elenco Edu Soto, Carolina Bang o Paula Prendes.