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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Vademécum

‘Big Bang Theory’, de la que TNT emite ahora su décima temporada, se está convirtiendo en el vademécum de la política nacional

Ángel S. Harguindey

Los diferentes tratamientos televisivos de la declaración de Correa en el juicio de la trama Gürtel permiten valorar los también diferentes conceptos de la información de las cadenas generalistas. Desde la sobria retransmisión en directo que ofreció 24 horas, sin comentarios adicionales, a las que emitieron Cuatro y La Sexta, en las que los tertulianos y presentadores se ajustaban a lo que la psicóloga y neurocientífica doctora Beverly Hofstadter le reprocha a su hijo, el físico experimental doctor Leonard Hofstadter: que todo lo que dice es una obviedad. Big Bang Theory, de la que TNT emite ahora su décima temporada, se está convirtiendo en el vademécum de la política nacional.

Cierto es que la austera retransmisión de 24 horas tuvo su apabullante contrapunto en sus programas con tertulianos de la tarde y de la noche, y en los telediarios de TVE-1, con el objetivo primordial de informar de que las malas prácticas del tándem Correa-Bárcenas se interrumpieron cuando Mariano Rajoy alcanzó la presidencia del PP. Algunos datos: Rajoy es nombrado presidente del partido en octubre de 2004. Poco después los Gürtel ponen rumbo a Valencia, esa tierra en la que, como dice su himno, “Brindan ricos tesoros / los naranjales de las riberas...”, pero la mitad del dúo dinámico, Bárcenas, sigue al frente de las cuentas genovesas hasta julio de 2009, casi cinco años después de acceder Rajoy a la presidencia del partido, y no olvidemos que Correa afirmó que hay muchos Franciscos Correas en España, que no sólo es él el comisionista de los presuntos amaños entre el Gobierno y las empresas privadas. Cuando llegue el juicio de los papeles de Bárcenas se podrá comprobar cuan sólido fue ese muro de contención ante la corrupción del que tanto hablan los informativos y los tertulianos del ventilador.

¿Y la ciudadanía? Pues el personal adopta el papel de Stuart Bloom, dueño de una ruinosa tienda de cómics que hace tiempo asumió pasivamente el papel de víctima económica y damnificado social. Big Bang vuelve a ser esencial.

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