Juan Diego Flórez, volcado en su proyecto de Sinfonía por el Perú
El tenor acoge en 20 escuelas de música a más de 6.000 niños de escasos recursos
Con la voz más bella y entrenada para el difícil arte del belcantismo –aquel invento endemoniado que lideraron en pleno romanticismo Rossini, Bellini y Donizetti-, Juan Diego Flórez podría dedicarse en cuerpo y alma a explotar su arte como todo un singular fenómeno de la ópera mundial. Nadie le pediría cuentas. Pero ha decidido utilizar su don, no sólo a arrancar los enfervorizados aplausos de quienes le siguen por todo todas partes, sino para quienes apenas pueden salir de Lima o de Puno o de algunos lugares remotos de la cordillera andina, por falta de recursos. Para niños y jóvenes de su país, que como él, en su día, se las ven y las desean para recibir una educación musical digna de lo que pueden llegar a alcanzar.
Eso es Sinfonía por el Perú, un proyecto que Flórez puso en marcha hace cinco años y que hoy enseña música a más de 5.000 alumnos de las capas más pobres del país en 20 núcleos (escuelas), repartidas por todo el territorio. Se trata de en una iniciativa muy influida por lo que José Antonio Abreu inició en Venezuela hace 40 años –el Sistema de Orquestas-, que cuenta hoy con 500.000 jóvenes. “Ha sido una gran inspiración de inicio, con apoyo docente y profesores que se han desplazado a ayudarnos de salida. Ahora hemos aprendido y caminamos en firme”, afirma el cantante.
Tenemos un presidente, Pedro Pablo Kuczynski, musical, formado como flautista en el conservatorio, estoy seguro de que vamos a trabajar juntos”, confía el tenor.
El concierto benéfico que Flórez ofrece mañana en el Teatro Real, dirigido por Pablo Mielgo frente a la Sinfónica de Baleares y patrocinado por Telefónica, servirá para recaudar fondos dedicados a Sinfonía por el Perú. Pero también para inaugurar un centro digital en Lima, con 600 estudiantes, a través del que pueden impartirse clases a los demás núcleos. “Será un modelo que contará con talleres sinfónicos y corales, la base de los demás, pero también de jazz y de lutieres”, asegura Flórez.
Hasta ahora, los fondos de Sinfonía para el Perú han sido privados. Pero en un futuro muy próximo, puede cambiar el panorama y contar con el Estado como aliado firme. “Pedro Pablo Kuczynski, el nuevo presidente, es músico y ha mostrado mucho interés por lo que hacemos”, afirma Flórez. Tanto que asistirá en el nuevo centro al concierto de Flórez en el Real. “Tenemos un presidente musical, formado como flautista en el conservatorio, estoy seguro de que vamos a trabajar juntos”, confía el tenor.
No sólo exploran la música clásica o coral, también los géneros populares de un país rico en corrientes y mestizajes sonoros. “Abreu me dijo que, en Perú, tendríamos incluso más éxito que en Venezuela. El nuestro es un país que rezuma música”. Con tiempo, Flórez quiere reforzar la enseñanza de la ópera. “Lo haremos en lo que hemos denominado Academia, pero ampliaremos la inclusión a talentos de toda América Latina y ahí, además, nos fijaremos ante todo en las cualidades musicales de quienes quieran participar en la misma”.
Babelia
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