Jon Sistiaga nos enfrenta a la muerte

A nadie le gusta hablar de la muerte. Es uno de los tabús más fuertes. Se ha expulsado la muerte al extrarradio, a los hospitales, a los tanatorios. Y, sin embargo, todos moriremos. ¿Por qué no se habla más de la muerte? ¿O de que el suicidio es la principal causa de mortalidad no natural en España? ¿Qué es la muerte digna? ¿Cómo se gestiona la eutanasia en los países en los que está legalizada? ¿Cómo se muere en España? Jon Sistiaga (Irún, 1967) retoma esta noche (22.00) en #0 su programa Tabú para ahondar en uno de los temas que más duelen, de aquel del que no queremos oír hablar. Sistiaga nos enfrenta a la muerte.

"En mi trayectoria profesional me he tenido que relacionar con ella con frecuencia y había notado que no se hablaba del tema", explica el reportero, que en esta serie da un paso atrás para exponer, mediante un tratamiento de imagen y una edición cuidadas al milímetro, diferentes puntos de vista sobre la muerte. A pesar de ser un tema del que no gusta hablar, defensores de diferentes posturas sobre cuestiones tan delicadas como el suicidio asistido o personas que han pasado por experiencias traumáticas no parecen tener problema para hablar sobre ello en esta serie. "Llevo 15 años trabajando fuera haciendo reportajes. Y he notado que cada vez que he llamado en España a gente para participar, todos se ofrecían a colaborar". Y eso que no son temas sencillos. "Cuando lleguemos al capítulo de los suicidios, es una invasión emocional en los territorios más íntimos de las personas supervivientes, tanto los que han intentado suicidarse como los familiares de los que han fallecido, que solo te lo permiten si confían en lo que vas a contar y el cuidado que pondrás", explica Sistiaga a EL PAÍS.

El primer capítulo de Tabú: Y al final, la muerte ahonda en la muerte digna, en qué es "dar muerte" o "dar la muerte", como diferencia el doctor Luis Montes en el reportaje. También pone de relieve verdades incómodas y sorprendentes, como que en España no existen los cuidados paliativos para niños. Y lanza una pregunta que enlazará con el segundo capítulo (de los cuatro o cinco, todavía está por determinar, que tendrá la serie): ¿usted sería capaz de ver a alguien morir de forma asistida? "No voy a decir si lo vamos a ver o no, eso lo tendrán que ver los espectadores", decía Sistiaga en la presentación de los reportajes ante los medios. Para ello, el equipo del programa acudió a una clínica suiza donde se practica la muerte asistida de forma legal para averiguar cuánto cuesta hacerlo o qué motivos tienen las personas que acuden allí.

Además de la dureza de los temas que plantea, desde su primera tanda de reportajes Tabú se ha propuesto destacar por su apuesta estética, cercana a las grandes producciones de ficción televisiva. Frente a la oscuridad que presidía la tanda centrada en los abusos sexuales a niños, la que se estrena ahora es más luminosa. "La muerte no es oscura. Hay que verla con luz, no como algo lúgubre, y quitarse miedos", dice Alfonso Cortés-Cavanillas, jefe de realización de La Caña Brothers, productora del programa. Esa apuesta estética ha llevado al programa a estar nominado a los Premios Iris de la Academia de la Televisión en la categoría de Mejor Realización. "He descubierto que recurriendo a códigos cinematográficos en la realización se consigue comunicar cosas que me llevarían cinco o seis líneas de texto explicar", añade Sistiaga.