Pedro Pascal: “Narcos’ narra el cuento de la forma más auténtica posible”
El actor chileno gana protagonismo en la segunda temporada de 'Narcos'
Javier Peña, el personaje que interpreta Pedro Pascal (Santiago de Chile, 1975) en Narcos, sabe lo que se siente al obsesionarse con un objetivo y sacrificar cualquier tipo de valores por conseguirlo. Pascal pone voz y rostro a la evolución que el agente de la DEA sufre en la segunda temporada de la serie, en la que el personaje gana protagonismo.
Más allá de los focos de Hollywood y su éxito en Juego de tronos y Narcos, Pascal recuerda los años de infancia en los que su destreza nadando le llevó a los campeonatos de Texas o en los que sus padres huyeron al exilio tras la llegada de Augusto Pinochet al poder en Chile. Primero a Dinamarca, luego a Estados Unidos. “Hay una foto mía a los 11 meses en Dinamarca, con un frío horrible, con mis pobres papás que eran casi niños también. Llegué a EE UU con menos de dos años y a los ocho mis papás quedaron en una lista de exiliados perdonados y pudimos volver a visitar a la familia”, cuenta por teléfono el actor, que está más habituado a hablar en inglés y necesita su tiempo para hacerlo en español.
Tras hacer papeles puntuales en series de renombre como Homeland, El mentalista o The Good Wife, a Pascal le llegó la oportunidad de hacer del príncipe Oberyn en Juego de tronos en 2014. Ese fue su despegue en la industria estadounidense. Su participación en Narcos a punto estuvo de no llegar a buen puerto. “La cuarta temporada de Juego de tronos se estaba estrenando y me llamaron con el interés de este personaje [Javier Peña]. Después, ese interés se fue. Pero no sé qué paso con el actor que lo iba a hacer que lo perdieron. Tras saber que iba a ir a Colombia a hacer este personaje que se retiró de la DEA en enero de 2014 y todo este mundo fantástico, peligroso… tuve que imbuirme en ello”, confiesa.
La entrevista tiene lugar unos días antes de que Netflix estrene los 10 nuevos episodios y renueve por dos temporadas más el que está siendo uno de sus mayores éxitos hasta la fecha (según la reacción de los usuarios de la plataforma, ya que esta no facilita datos de audiencias).
La obsesión por atrapar a Escobar envuelve especialmente al agente Peña en esta segunda temporada, que se aliará con personajes poco recomendables con el fin de conseguir su objetivo. Pascal emplea la primera persona cuando habla de la captura del narcotraficante colombiano en la ficción: “En esta temporada pasan menos meses hasta el día en el que lo encontramos y lo matamos. Son tantos años persiguiendo a una persona que cuando uno llega tan cerca puede hacer cualquier cosa para cumplir el objetivo. Para Peña es una obsesión perseguir a Pablo Escobar. Ha estado cerca muchas veces y se acerca cada vez más. En ese sentido, uno pude cruzar líneas morales para no perder la oportunidad”.
Preparación con la CIA y el FBI
El proceso para transformarse en un agente de la DEA ha sido “un reto” para el actor chileno. “Nunca antes había hecho de una persona que exista realmente. [A Javier Peña] Lo conocí, hablamos por teléfono… yo y Boyd Holbrook [el agente Murphy en la serie] fuimos a conocerlos a Virginia y estuvimos en los cuarteles de entrenamientos del FBI y la CIA en Quantico. Eran cosas muy locas. No sabíamos nada del proceso y nos tiraron a los lobos. En tres o cuatro días hicimos tácticas simuladas, entrenamiento con armas de todo tipo, cómo entrar en una casa armado… En cada pasillo, cada sala, puede haber alguien que te va a matar. Fue un curso intensivo”, describe, con emoción, el entrenamiento recibido.
De sus meses en Colombia, Pascal se queda con los ratos libres que el rodaje les dejaba. “Estaba deseando escaparme a las playas de San Andrés. Colombia es un país hermoso y muy de mi estilo, sobre todo las playas del norte. El horario es muy duro, trabajamos muy fuerte y eso se nota en la pantalla”, apunta. La voz del actor se vuelve melancólica cuando habla de Chile, de “su gente”, “su comida”, “sus playas y montañas”. Ha crecido separado de su familia y el país es para él “mi casa en donde nunca he vivido”.
“El objetivo de la serie es narrar el cuento de la manera más auténtica posible y visualmente es una experiencia muy seductora: así fue el país, así fue el tiempo, la gente y así es la cultura”, insiste Pascal. Pero asegura no haber quedado fascinado del mundo del crimen, de su violencia y su peligro: “Lo que me seduce son las grandes historias y una estética de televisión que es como cine y tener la experiencia de intimar con esa historia. Cuando la gente me dice “¡Qué puta narcocultura suburbial!”, yo lo entiendo pero a mí no me seduce”.
Netflix aún no ha desvelado grandes detalles de la tercera temporada de uno de sus buques insignia, pero el desenlace de la segunda apunta al cartel de Cali y a los hermanos Rodríguez Orejuela. El agente Peña parece tener aún cosas por contar.
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