El teatro busca su oportunidad en Ciudad Rodrigo

Como buen cruce de caminos, Ciudad Rodrigo (Salamanca) es un mercado. Lo que se compra y vende en esta localidad, hasta el sábado, 27 de agosto, son espectáculos de artes escénicas de la 19ª edición de la Feria de Teatro de Castilla y León. Su director, Manuel J. González, destaca de esta cita “su marco patrimonial”, ya que se programan espectáculos “en el entorno de la muralla, en palacios históricos, como el del Conde, y en el claustro de la catedral románica”, y la singular ubicación de Ciudad Rodrigo (13.000 habitantes), “que cose Castilla y León, Extremadura y Portugal”, de ahí que sea la feria teatral del occidente peninsular.

Durante estos días se puede ver en la ciudad mirobrigense a los 260 profesionales acreditados —programadores culturales y representantes de festivales— de una función a otra, a paso ligero, en busca de espectáculos que les llamen la atención, con el fin de contratarlos para sus salas, ya sean públicas, privadas, grandes teatros o pequeños espacios. Cuando acaba la extenuante jornada, ellos y los actores y directores recobran fuerzas en las terrazas de la plaza mayor y se refrescan del calorazo que ha caído estos días junto al río Águeda. ¿Cuáles son los resultados económicos de este esfuerzo? “En las dos últimas ediciones, casi nueve de cada 10 compañías cerraron contrataciones en los cuatro meses siguientes de estar en la feria, y en dinero supuso más de un millón de euros”, apunta González.

El director del teatro Social Antzokia, de Basauri (Bizkaia), Gerardo Ayo, es un fijo en Ciudad Rodrigo. Él viene “con la mente abierta, porque hay que dejarse sorprender”. “Es rara la ocasión en que no contrato nada, lo normal es que compre cuatro o cinco espectáculos”, dice. En su condición de miembro de la comisión artística del departamento de Cultura del Gobierno de Euskadi hace de altavoz para la demanda de las 52 salas teatrales del País Vasco.

Para Xosé Paulo Rodríguez es su primera visita a esta feria. Es el responsable del teatro Rosalía de Castro de A Coruña, municipal, y presidente de lo que en el sector se llama “la Red”, la agrupación estatal de teatros, auditorios, circuitos y festivales de titularidad pública. Cuando acude a alguna de las cerca de 20 ferias de teatro que hay en España no le gusta leer previamente el programa, sino ver obras y dejarse llevar. Lo que sí busca es “un equilibrio” en la programación de su teatro con compañías de todo el país. Actor, director y gestor antes de asumir la dirección del Rosalía de Castro, coincide con Ayo en “la merma” que han supuesto los años de vacas flacas, con "producciones reducidísimas", y lamenta la falta de una apuesta por la cultura por parte de los políticos.

Seña de identidad

González hace hincapié en una seña de identidad de esta feria generalista, en cuya oferta hay obras para adultos, títeres, danza, monólogos, música… “Solo damos espectáculos que tengan un año de antigüedad, así que las compañías arriesgan y traen piezas de estreno, o que se hayan visto en su comunidad autónoma”. En esta edición, son 44 los grupos teatrales que han acudido y habrá 15 estrenos a nivel internacional. 37 de las compañías son españolas, procedentes de nueve autonomías, y hay siete foráneas: tres de Portugal, dos de Francia, una de Bélgica y otra de Brasil. El número de representaciones será de 53, la tercera parte en los siete espacios al aire libre disponibles. Los organizadores prevén que los espectadores lleguen a 35.000, de los que 9.600 corresponden a las entradas vendidas para los nueve espacios cerrados.

Tras los números, lo que se ve en escena. “En los últimos años hemos apostado por propuestas más contemporáneas, que no sean tan complacientes con el público. Los espectáculos que traen las compañías son cada vez más mestizos y multidisciplinares”, describe González. Mientras Rodríguez añade que en las obras actuales “se bebe de muchos géneros y se han diluido las fronteras entre disciplinas”. En cuanto al teatro familiar, González agrega que se ha dejado de hacer “teatro infantilizado para hacer teatro con mensaje”, y pone como ejemplo que la obra para niños que ganó el año pasado el premio del público hablaba de la muerte. “Y en esta ocasión hay un espectáculo sobre violencia de género”. A unos metros docenas de chavales participan, en las plazas del Buen Alcalde y del Conde, en una de las actividades paralelas de la feria: Divierteatro. Los pequeños pasan por diferentes espacios en los que se les introduce en las artes escénicas con juegos y canciones. Los padres miran mientras ellos pintan o les maquillan. Cuando salen del recorrido se repite la pregunta: “¿Te ha gustado?” Y no hay más que verles la cara.