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MÚSICA

Bombino, el nómada internacional

El guitarrista de Níger, uno de los grandes representantes de la música tuareg, resume en Azel el sentimiento de abandono que tiene su pueblo

Omara Moctar, Bombino, durante un concierto en Athens, Georgia ,el pasado marzo.
Omara Moctar, Bombino, durante un concierto en Athens, Georgia ,el pasado marzo.Cris McKay (Getty)

"En Europa siempre vais con prisa, cuando la vida debería ser, no improvisada, pero sí natural”, explica risueño Omara Moctar (Níger, 1980), guitarrista destacado en la actual invasión de músicos tuaregs. “En África programamos el día según lo vamos viendo, no según lo que no vemos. Decimos: ‘Mañana… si es posible… debo ir a tocar a Agadez’. La precisión del ‘si es posible’ es importante. Aquí no solo programáis el día siguiente, sino el otro y el otro. Es muy estresante. El mundo sigue su curso, tú solo debes despertar y decirle buenos días a tu vecino, tu amigo. Y, en un piso de una gran ciudad, tu vecino no es tu amigo”.

Los músicos tuaregs extrajeron su electrizante originalidad de la escasez habitual en los países del Sáhara

Otra importante precisión. El término tamakesh recurrente en las músicas tuaregs es imidiwan, amistad, fraternidad, título asimismo del más popular álbum de los patriarcas Tinariwen, originarios de Mali. “Todo aquel que se convierte en tu amigo es ya de la familia, alguien importante”, explica Bombino (por el italiano bambino, alias de los tiempos en que era alumno del guitarrista Haja Bebe). “Se establece un intercambio, aprendes de él y él aprende de ti. La música tuareg se basa en ese principio, ese aprendizaje común enriquece a la comunidad. Así es el mundo; esto es ser humano”.

Los músicos tuaregs extrajeron su electrizante originalidad de la escasez habitual en los países del Sáhara; esos ritmos hipnóticos y guitarras cimbreantes, una dulce persistencia ondulante como dunas acariciadas por tórridas brisas. “Basta conectar la guitarra al amplificador, no hace falta subir el volumen, es el desierto mismo el que da relieve al sonido”, afirma con expresión entre afable e incrédula. “Partimos de estilos tradicionales, como hicieron Tinariwen, a quienes considero mis abuelos. Fueron los primeros tuaregs que giraron por el mundo. Les respeto mucho”.

Bombino vivió la rebelión tribal de 1990 y su brutal represión; y siendo niño tuvo que exiliarse a Argelia. Aprendió a tocar cuando un primo se olvidó una guitarra en el hogar familiar. Luego se trasladó a Libia, donde fue pastor de ovejas, pero no olvidó su devoción por las seis cuerdas, ni el estudio de las cintas de Jimi Hendrix y Dire Straits que llegaban a sus manos. Diez años más tarde era descubierto profesionalmente, tocando en una boda, pero en 2007 una nueva revuelta, en la que dos colegas músicos fueron ejecutados, le obliga a escapar a Burkina Faso. Se prohíben las guitarras eléctricas, símbolo de la insurrección. “Yo no veo mi guitarra como un arma”, declaró, “sino como un martillo con el que construir una casa para mi gente”.

“Hay gente que me critica por sonar occidental. Si a los norteamericanos y a los europeos les gusto, ¿por qué refrenar esa influencia?”

“El desierto es el paraíso, hace un poco de calor, es normal para nosotros, pero a primera hora de la mañana y al atardecer se está maravillosamente bien”, dice embelesado, recordando aquello de que un desierto no es más que un bosque sin árboles. “Nuestra música, desde Ali Farka Touré y Tinariwen, refleja esa realidad. Si tocas con el corazón, llegas al mundo entero. La gente se interesa por la cultura tuareg, por la belleza del desierto. Se nos conoce por nuestros problemas, la rebelión y la guerra, pero hay otras opciones no violentas, como en Níger, donde nos hemos integrado. El primer ministro, ya en su segundo mandato, es tuareg. En Argelia, Malí o Libia, los tuaregs también deberían enviar a los niños a la escuela, contribuir a la sociedad para hacerla avanzar”.

No le molesta que se le venda como producto exótico, pero habla de las dudas de su familia, que asociaba ser artista con alcohol y drogas. “Hay gente que me critica en Níger por sonar occidental”, dice. “Es normal que un artista tenga sus críticos. Para mí lo que cuenta es la experiencia y, si a los norteamericanos y a los europeos les gusta lo que toco, no sé por qué debería refrenar esa influencia”. Aunque esta música sea esencialmente festiva, insiste, también expresa inquietudes políticas y promueve la liberación de la mujer africana. “Para los tuaregs, una mujer es quien toma las decisiones”, explica. “Si hay un problema conyugal, es el hombre quien se va de casa, por respeto a los niños”.

El músico tuareg Omara 'Bombino' Moctar.
El músico tuareg Omara 'Bombino' Moctar.

Tras grabar Agadez (2011) en la ciudad que le da nombre, Bombino viajó a Nashville invitado por Dan Auerbach de los Black Keys, quien produjo Nomad (2013). El tema final de su nuevo álbum, Azel —producido cerca de Woodstock por Dave Longstreth, con novedosos apuntes de tuareggae—, resume el sentimiento de abandono que siente su pueblo. Níger es el tercer país del mundo en uranio y cuenta con yacimientos de petróleo y oro, pero sigue padeciendo la sequía del subdesarrollo.

“Las empresas extranjeras explotan estos recursos, pero no ayudan a la población”, se lamenta. “Deberían facilitarnos agua para poder cultivar nuestros propios alimentos. Es un país independiente, pero subyace el colonialismo. Los tuaregs somos muy abiertos. Cuando llega un desconocido, se mata un cordero, se organiza una fiesta; si un tuareg te invita a su tienda, todo lo suyo es tuyo. Me parece bien compartir mi región, pero se aprovechan de la hospitalidad para hacerse con la tierra. Deberían respetar nuestro hogar’’.

Como emisario musical de esta realidad, Bombino cuela entre sus contagiosas tonadas y dúctiles punteos valiosa información sobre una cultura nómada que apenas conocemos. En nuestro mundo globalizado, la proyección mediática que da ser número uno en la lista de World Music de iTunes podría ayudar a cambiar las cosas. No todo ha de ser baile tribal.

El músico tuareg Omara 'Bombino' Moctar.
El músico tuareg Omara 'Bombino' Moctar.

Azel, editado por Partisan Records-PIAS

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