Giral: ciencia y república
La biografía de Puerto Sarmiento narra con todo detalle —y todo no es una exageración— los pormenores de la vida de José Giral Pereira
No son frecuentes en nuestra historia los científicos que llegan a ministros y mucho menos los que pueden decir que han ocupado el cargo de jefe del Gobierno. José Giral es uno de ellos, quizá el único junto a Juan Negrín, como él, ministro primero —de Hacienda— y presidente del Consejo de Ministros después. Además, ambos ocuparon la jefatura del Gobierno de la República en el exilio, en México. José Giral, nacido en Santiago de Cuba, era hijo de emigrantes sin fortuna. Alumno brillante, por problemas económicos hubo de conformarse con estudiar para químico y no para ingeniero de caminos, como había sido su primera intención. Sin embargo, se licenció en Química en 1901, en Farmacia un año más tarde. Se doctoró poco después y en 1904 obtuvo una cátedra en la Universidad de Salamanca, donde pasó 16 años.
Con el dinero de la venta de la farmacia que había abierto a orillas del Tormes pudo abrir otra en Madrid, cuando, en 1920, dejó Salamanca, entre otras razones porque Odón de Buen lo fichó como jefe de la sección de química del Instituto Español de Oceanografía. Allí, en la rebotica de su farmacia, creó Acción Republicana junto a Manuel Azaña. Sus inquietudes políticas, muy relevantes desde su juventud, heredadas de quien le había criado —un tío telegrafista, republicano y masón—, habían hecho que diera con sus huesos en la cárcel en diversas ocasiones.
La biografía de Puerto Sarmiento narra con todo detalle —y todo no es una exageración— los pormenores de la vida de Giral. El libro es un repaso minucioso de la época, Giral nació en 1879 y murió en 1962, desde la óptica científica, pero también política. Una vida apasionante vivida al ritmo frenético de un personaje hiperactivo, capaz de sumar a las actividades pedagógicas y políticas y al despacho de su farmacia, tiempo para las investigaciones de alto nivel. Fue nombrado rector de la Universidad Central al proclamarse la República, fue dos veces ministro de Marina, en 1933 y en 1936, ministro de Estado desde mayo de 1937 hasta abril de 1938, y durante los tres primeros meses de la Guerra Civil, presidente del Consejo de Ministros, cargo en el que también repetiría, aunque ya en exilio. Y nunca dejó de publicar trabajos científicos sobre química, en especial sobre química del mar, y de viajar a congresos internacionales. En sus últimos años, Giral formó parte del Movimiento Mundial por la Paz y, como tantos otros exiliados, se fue apagando entre el olvido y la melancolía. La obra de Puerto rescata a un personaje importante cuyo recuerdo, cuando lo hay, es siempre político y no científico, alimentando la autoflagelante idea de que en España nunca hubo ciencia. Esta es otra prueba en contra.
Ciencia y política. José Giral Pereira. Francisco Javier Puerto Sarmiento. Real Academia de la Historia/BOE. Madrid, 2016. 900 páginas. 42 euros
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