Ingleses
Me cuentan que en la mañana del viernes han escuchado en la radio al muy consecuente John Carlin que quiere cambiar inmediatamente de nacionalidad


Es tan buena la escritura de John Carlin que no necesito estar de acuerdo algunas veces (muy pocas) con sus tesis para devorarla. Y, por supuesto, es lo que más me ha instruido y divertido sobre la movida del Brexit. Cómo no creerme su lista definiendo corrosivamente las señas de identidad sociológicas, psicológicas, económicas y políticas de los ciudadanos de la Gran Bretaña partidarios de enviar a Europa a ese lugar donde la espalda pierde su casto nombre y de los que además de ingleses estaban convencidos de que era más higiénico y civilizado seguir dentro de Europa. Y me cuentan que en la mañana del viernes han escuchado en la radio al muy consecuente Carlin que quiere cambiar inmediatamente de nacionalidad y que si Cameron dispusiera del sentido moral japonés se habría hecho el seppuku. O sea, esa cosa tan poco dolorosa que adoptó Mishima, consistente en rajarte de arriba abajo con un cuchillo.
Al no creer en las naciones, o limitar ese sentimiento a mi casa y a las personas que quiero, me resulta complicado sentirme de ningún sitio, pero está claro que si los neofascistas de cualquier parte de Europa o el muy peligroso gorila Trump están a punto del orgasmo por el triunfo de su fraternal Brexit, los motivos de preocupación se multiplican. Van ganando los peores. Los supuestos buenos tampoco merecen altares, pero es evidente que es preferible lo malo a lo peor. Y, cómo no, prescindiendo de las patrias o amándolas, lo que está claro es que la fractura votada por la sagrada democracia inglesa va a joder un poco más los bolsillos de los de siempre, que la economía de las clases medias y bajas en la decadente Europa y en la liberada Inglaterra va a llevarse otro duradero susto. A los ricos, europeos e ingleses (y cada vez hay más), imagino que les da igual. Están a cubierto de nimiedades como que se queden o se vayan. Si hubiera amenaza real sobre sus bienes, ya se encargarían ellos de despejarla.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Mueren un hijo menor y su padre intoxicados por humo en una vivienda de un pueblo de Palencia
Montero sobre la gestión sanitaria en Andalucía: “Moreno quiere coquetear con el copago”
El Papa lamenta en su mensaje de Navidad el sufrimiento de la población de Gaza
Las princesas Beatriz y Eugenia de York se unen a la Navidad real en Sandringham tras el año funesto de sus padres por el ‘caso Epstein’
Lo más visto
- La revalorización de las pensiones queda en el aire por la negativa de la derecha a apoyar otras medidas sociales
- Los ‘whatsapps’ de Mazón a Feijóo del día de la dana: “Un puto desastre va a ser esto presi”
- Juan Carlos Ferrero: “Más que dolor, siento pena; los finales siempre son tristes”
- El líder groenlandés responde a Trump: “Groenlandia es nuestro país. Nuestras decisiones se toman aquí”
- Zelenski confirma que cualquier pacto con Rusia deberá ser ratificado en referéndum




























































