Solo ovaciones para Del Álamo y Jiménez Fortes en la feria de Zaragoza
Cayetano Rivera triunfó en Brihuega en medio de un diluvio que obligó a la suspensión
Los diestros Juan del Álamo y Fortes saludaron una ovación cada uno como escueto balance artístico a la primera corrida de la Feria de San Jorge de Zaragoza. Con menos de media entrada se lidiaron toros de Antonio López Gibaja, de imponente fachada y dispar comportamiento.
Joselito Adame, palmas y silencio.
Juan del Álamo, que sustituía a David Mora, ovación y palmas.
Jimenez Fortes, ovación tras aviso y silencio.
En la enfermería fue intervenido el banderillero Tomás López de "cornada en borde cubital, cara anterior de la muñeca derecha, con orificio de entrada de 4 centímetros con trayectoria descendente de 10 centímetros hasta la base del quinto dedo, sin afectar vasos ni nervios importantes. Pronóstico menos grave.
El mexicano Joselito Adame firmó un ramillete de lances a la verónica más que estimables, ganando terreno a un primer toro, de imponente trapío y muy codicioso de salida. Bajó el tono el astado después de dos puyazos, aunque le quedaron fuerzas suficientes para que Adame y Del Álamo se picaran en varios quites con el percal, muy aplaudidos.
Con la muleta, sin embargo, aprovechó a medias la calidad del toro por el pitón derecho, demasiado acelerado. Una pena, pues con un planteamiento más firme la faena hubiera tomado otra dimensión.
El cuarto se frenó en los capotes pero tomó un gran puyazo, en bravo, y empujó también en el segundo. En el tercer par de banderillas pegó un pitonazo seco en la muñeca de Tomás López, que lo mandó a la enfermería.
Llegó sin fuelle a la muleta de Adame, que empezó por estatuarios antes de intentarlo por ambos pitones, y dibujó naturales y derechazos de buen trazo, pero carentes de emoción.
El primero de Juan del Álamo, que entró en el cartel a última hora en sustitución de David Mora, fue un toro bajo y bien hecho, y bravo en el caballo antes de demostrar su calidad en un buen quite por templadas chicuelinas de Jiménez Fortes.
El toro acusó el castigo en varas y perdió repetidamente las manos en la muleta de Del Álamo, que alargó la faena, lo que no benefició a ninguno de los dos contendientes, pero consiguió remontar el ambiente en tablas donde encadenó muletazos por alto y ceñidos adornos por bajo.
El quinto, con un trapío imponente a pesar de sus 522 kilos, tomó un gran primer puyazo, y evidenció, además, su buena condición. Lástima que no le duraran las buenas intenciones, pues en la muleta desarrolló dificultades por su actitud defensiva.
Fortes sorteó en primer lugar un toro muy serio por delante, al que se le dio un puyazo trasero que dejo sus secuelas. Hubo un buen quite por delantales de Adame y réplica de Fortes por gaoneras comprometidas.
Pronto y con pies, el toro apretó en banderillas, pero se vino a menos después de dos buenas series por el lado derecho del malagueño. Muy encajado, Fortes le marcó el camino hacia dentro y el toro siguió la tela por abajo. Hubo algún muletazo suelto al natural en el que se vio también la calidad del toro, pero ya sin la misma intensidad.
Muy firme, Fortes se arrimó de verdad en unas bernardinas muy apretadas y valoradas. Tras una estocada trasera, el astado tardó en doblar, y dio tiempo a que sonara un aviso.
El sexto fue el garbanzo negro de la corrida, metiéndose siempre por dentro, muy mirón, sin opciones para un Fortes que optó por abreviar después de aguantar un par de coladas.
Sebastián Castella: estocada (palmas).
José María Manzanares: estocada (silencio).
Cayetano Rivera: estocada (dos orejas).
Triunfo de Cayetano en medio del temporal
Una lección de pundonor, raza y clasicismo a cargo de Cayetano, que cortó dos orejas bajo el diluvio al único toro que estoqueó, fue la nota sobresaliente en la corrida celebrada en Brihuega (Guadalajara), festejo suspendido tras el tercer toro a causa de la lluvia. Con más de tres cuartos de entrada se lidiaron tres toros de Núñez del Cuvillo, terciados, nobles, blandos y sin fondo, los dos primeros; y más boyante el tercero.
El festejo quedó suspendido a la muerte del tercer toro a causa del mal estado del ruedo, que se convirtió en un lodazal tras el diluvio que cayó durante el segundo y, sobre todo, en el tercero. La tradicional Corrida de Primavera que celebra Brihuega cada año por estas fechas comenzó con muy buen ambiente en la ciudad, figuras en el cartel y la lluvia que obligó a la suspensión del festejo tras la muerte del tercer toro.
Había llovido hasta una hora antes del comienzo del festejo. El ruedo presentaba buen aspecto en el paseíllo, pero, tras matar Castella el primer toro, volvió a llover. Y de la lluvia al diluvio, hasta el extremo de que el redondel acabó convirtiéndose en una balsa cuando iba a salir el tercero.
Los dos primeros toros de Núñez del Cuvillo, terciados de presencia, nobles, muy nobles, se prestaron poco al lucimiento por su falta de fuelle.
En el siguiente, Cayetano dio la talla con un toro más boyante. Primero, una larga de rodillas en el tercio y ramillete de lances a la verónica de mucho primor. Cayetano se creció y abrió su faena de rodillas. Ya de pie, se sucedieron tres tandas a derechas y una al natural con suavidad y elegancia, mucho temple y ligazón. Todo salpicado con las alegrías del cambio de mano y el trincherazo. Molinetes de rodillas como epílogo de una faena en la hubo de todo, y muy bueno. La estocada dio paso a las dos orejas. Y, a pesar de la lluvia, fue sacado a hombros en medio del temporal.
Suspendida la corrida cervantina
La corrida cervantina anunciada en Alcalá de Henares fue suspendida a causa de las fuertes lluvias caídas horas antes del inicio del festejo, que dejaron impracticable el estado del ruedo. En este festejo iban a tomar parte Manuel Jesús El Cid, en sustitución del lesionado Rafael Rubio Rafaelillo, Manuel Escribano y José Ramón García Chechu, con toros de la prestigiosa ganadería de Victorino Martín.
Babelia
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