Versión españolísima
Hay un cine español que se abre fronteras, se expande, se enriquece con las coproducciones y acaba usando lenguas distintas de las suyas oficiales. Pero a la televisión española, que tanto apoya este cine, parece importarle un bledo semejante variedad.
La semana pasada hubo dos muestras de tal empecinamiento. Jorge Torregrossa, el director de La vida inesperada, hizo especial hincapié al presentar su película, rodada en Nueva York, que originalmente es bilingüe, en inglés y castellano, pero la tele prefirió emitir una versión doblada en la que todos, españoles y neoyorquinos, se expresan en un castellano modélico y sin fisuras. Y otro tanto ocurrió con la película Things I Never Told You (Cosas que nunca te dije), que Isabel Coixet rodó en Estados Unidos con actores norteamericanos. Sin embargo, tanto en la emisión de la tele como en la web del programa Historia de nuestro cine solo puede verse en una versión castellanísima que abarata la calidad de la película entera. Una pena.
Son miedos a perder audiencia, así lo justifican, pero hubo un tiempo en que La 2 emitía películas subtituladas sin que nadie se llevara las manos a la cabeza, incluso películas mudas, y en ocasiones hasta sin acompañamiento musical. A palo seco, por lo tanto. Y a pesar de tales dificultades, aquello era un éxito. Una generación aprendió a ver cine, conoció a muchos autores, descubrió filmografías de países alejados de nuestras carteleras. Somos muchos los que añoramos aquella preocupación de la tele oficial por respetar las obras originales y a sus autores. Lo añoramos o lo exigimos, al menos en estos dos programas especializados de La 2 de TVE, cadena minoritaria y por lo tanto con capacidad para el riesgo. Y aunque ahora nos estamos refiriendo exclusivamente a versiones originales de películas españolas, parece haberse dado un paso atrás. Las obras de Isabel Coixet y de Jorge Torregrossa son indiscutiblemente mejores en las versiones en que fueron concebidas, ya pasó a mejor vida, felizmente, la época del doblaje obligatorio impuesta por el franquismo. Si hay películas españolas que se internacionalizan, habrá que seguirlas en su noble ambición. Si podemos verlas correctamente subtituladas en salas comerciales, ¿por qué no en la tele pública de todos?
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