La o del yo

En la poesía de Mirta Rosenberg (Rosario, Argentina, 1951), la línea recta no siempre es el camino más corto entre dos puntos. Así se observa en El arte de perder y otros poemas, una antología que recoge los cinco libros publicados por la autora, además de algunas traducciones de otros autores y dos inéditos. Los versos de Rosenberg alternan la energía emotiva y la inclinación racionalista, según señala Olvido García Valdés en su introducción. De ese cañamazo surge una escritura abstracta pero fabricada con materiales concretos. Las ondas gravitatorias de esta lírica se expanden a los acontecimientos domésticos alrededor de los que se articula la existencia: nacimientos y muertes, secretos y mentiras, grandes explosiones y pequeños big bangs.

Si los primeros libros incluyen caligramas rotos y juegos verbales, a partir de Teoría sentimental (1994) asistimos a un discurso asaltado por la duda, que se aproxima al flujo conversacional y al centelleo de la conciencia: “Si supiera qué decir no escribiría”. Con El arte de perder (1998), la metapoesía se disfraza de diario íntimo, y el diario íntimo se tiñe de elegía por la muerte de la madre, cuya desaparición proyecta la imagen de un sujeto atomizado: “Yo soy apenas una secuela estable / de aquel exceso de realidad”. La última entrega, El paisaje interior (2012), despliega una autobiografía fragmentaria en la que concurren las fotos veladas del álbum familiar, un inventario de lecturas y un singular bestiario con gatos encerrados en sí mismos: “El gato / rara vez / cabe en el gato”. Por su parte, las traducciones reunidas en Conversos se asoman a las ramas de un árbol genealógico, según revelan las versiones de Marianne Moore, Sharon Olds o Kay Ryan. He aquí una indagación lúcida y lúdica, alusiva y elusiva, común y extraordinaria: el testimonio de una poeta que “agrandó la o del yo” para cobijar a los lectores en su círculo de confianza.

El arte de perder y otros poemas. Mirta Rosenberg. Pre-Textos. Valencia, 2015. 288 páginas. 23 euros