Los premios Independent Spirit subrayan la diferencia
En la antesala a los Oscar, 'Spotlight' obtuvo cinco galardones, entre ellos mejor película, mejor reparto y el de mejor director
Celebrados a menos de 24 horas de la entrega de los mucho más esperados Oscar, la 31 edición de los premios Independent Spirit tocó todos los palos. Los premios conocidos por su apoyo incondicional al cine independiente escogieron como ganadora la película más cercana al gusto de esos otros galardones más formales llamados Oscar. Se trata de Spotlight, cinta centrada en la investigación del periódico Boston Globe sobre los abusos sexuales en la Iglesia católica. El filme obtuvo cinco premios Independent Spirit, entre ellos el de mejor película, mejor reparto y el de mejor director para Tom McCarthy, en total uno menos que el número de candidaturas que defiende en los Oscar. De hecho, junto con The Big Short, Spotlight se considera la mayor rival de El renacido a la hora de llevarse el mayor honor de la Academia.
Esta no sería la primera vez que ambos premios coinciden en sus gustos aunque supuestamente ambas organizaciones no podrían ser más diferentes. Los Oscar representan la industria con mayúsculas, esa que se mueve con unos presupuestos y una maquinaria que el cine independiente no huele. Y mientras que está clara la falta de diversidad entre los miembros de la Academia, un colectivo de hombres blancos de avanzada edad, aquellos que escogen los galardones son un grupo más amplio, de unos 10.000 votantes entre aficionados al cine o profesionales de la industria donde el 49 por ciento son mujeres y el 30 por ciento pertenece a alguna minoría racial. Pero en un momento en el que a los académicos les gusta encontrar joyas fuera del circuito comercial y el cine independiente disfruta de una popularidad inusual gracias a la explosión de nuevas plataformas es natural que los gustos se junten.
De ahí que la victoria de Brie Larson como mejor actriz por La habitación se convirtió en los premios Independent Spirit en un ensayo general de la estatuilla que se espera reciba la joven actriz en los Oscar. Y lo mismo ocurrió con el galardón a mejor película en lengua no inglesa donde Son of Soul continuó con la ronda de éxitos que se espera le conduzca al escenario del teatro Dolby como ganador del Oscar en la misma categoría.
Sin embargo ahí acaban las similitudes. En un año en el que la diversidad brilla por su ausencia en los Oscar, el resto de los galardones concedidos en los premios no pudieron ser más variados. Contrarrestando la blancura de Spotlight, una cinta enteramente protagonizada por actores blancos, los premios Espíritu Independiente escogieron al joven debutante Abraham Attah como mejor protagónico y a Idris Elba como mejor intérprete de reparto gracias a su trabajo en Beasts of No Nation, película olvidada por los académicos. Y junto a los dos actores negros, el cuarto galardón dramático, el de mejor actriz de reparto, fue para el transexual Mya Taylor por Tangerine. Huelga decir que los Oscar ni olieron el nombre de esta actriz negra que protagoniza una cinta rodada con un iPhone en el bulevar Santa Mónica en Los Angeles. Además, el premio a mejor ópera prima fue a manos de Marielle Heller por The Diary of a Teenager Girl, cinta basada en el cómic del mismo título de Phoebe Gloeckner y centrada en el despertar sexual de una adolescente de 15 años en el San Francisco de los 70 que decide acostarse con el novio de su madre. Elecciones que demuestran que el espíritu independiente de unos premios cada vez más frecuentados por las estrellas y los ejecutivos del Hollywood con mayúsculas todavía sigue vivo.
Babelia
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