Por qué ‘Carlos, Rey Emperador’ no ha funcionado

La andadura de Carlos, Rey Emperador llega a su fin. La que se postulaba como posible heredera del éxito de Isabel en TVE se despide de forma acelerada y tras haber experimentado una notable caída de audiencia: su primer capítulo lo vieron en septiembre los 2,8 millones de espectadores y 15,6% de cuota de pantalla; el lunes pasado solo quedaban 1.773.000 espectadores siguiendo la serie de La 1 (9% de cuota). El doble capítulo final reunió a 1.891.000 espectadores (11,4%), todavía insuficientes para la que fuera gran apuesta de la cadena. Pobres datos para una serie que no ha logrado superar los problemas internos y externos con los que se ha ido encontrando.

- Maltrato desde TVE

Aunque anunciaban la serie como una de sus grandes apuestas en el campo de la ficción (terreno al que desde la pública se da mucha importancia), los hechos parecen contradecir las palabras. Ante la caída de audiencia con el paso de los capítulos, TVE decidió retirar la serie de la parrilla durante las fiestas navideñas, poniendo fin a esa primera etapa con un doble capítulo que concluía con la muerte de la esposa de Carlos V, Isabel de Portugal. La cadena aseguró que el parón ya estaba previsto desde el inicio de la serie, pero no debieron contar con que, precisamente para aprovechar las Navidades, la serie se pondría a la venta en DVD y Blu-ray. Completa. Incluyendo los capítulos que TVE aún no había emitido. El final también parece haberse apresurado, con la programación de los dos últimos episodios en una misma noche, de forma que la emisión termina  cerca de la 1.00 de la madrugada.

- Competencia

Los programas a los que ha tenido que enfrentarse en la noche de los lunes tampoco han ayudado, precisamente, a que Carlos, Rey Emperador recuperara parte de su brío. En otoño, la serie tuvo que verse las caras con espacios como La voz kids o Mar de plástico. En su regreso a la parrilla televisiva en enero, la ficción de TVE ha coincidido en los lunes con Casados a primera vista o Chiringuito de Pepe, que tampoco le han dado opción en cuestión de audiencias.

- Dispersión de la historia

En su afán por reflejar los acontecimientos relevantes que se vivían en aquella época y que afectaban de alguna forma a la corona de Castilla, la serie ha tratado de abarcar demasiado. Diferentes tramas han llevado a los espectadores a las intrigas de la corte de Carlos V, pero también a las de Francia, Inglaterra, al Vaticano, América... Algunas de ellas, como la centrada en Hernán Cortés, siempre dio la sensación de ser una serie independiente que terminaba cortando el ritmo de la historia principal.

- Problemas de casting

Es complicado acertar con todos los actores en una serie con tantos personajes y en la que hay que reflejar un periodo de tiempo tan extenso (en solo 17 capítulos se recorre prácticamente toda la vida de Carlos V). Pero desde el primer capítulo se veía que algunos actores no daban la talla. Al menos los protagonistas han mantenido el tipo en personajes que no eran nada fáciles, tanto Álvaro Cervantes —un Carlos V que ha ido evolucionando mucho en su forma de ser y su aspecto físico a lo largo de los capítulos— como Blanca Suárez como Isabel de Portugal. Sin embargo, no han conseguido la conexión con los espectadores que sí lograron Michelle Jenner y Rodolfo Sancho en Isabel.

- Una serie que no fluía adecuadamente

No todo ha sido malo en Carlos, Rey Emperador, por supuesto. Pero sí mejorable. Como la falta de ritmo que se ha notado durante la mayor parte de la serie, sobre todo en su arranque y cuantas más tramas mantenía en paralelo. En la recta final este problema empezaba a solucionarse, pero ya era demasiado tarde y la serie había ido expulsando a gran parte de los seguidores que esperaban encontrarse con algo parecido a Isabel. Lamentablemente, Carlos no era Isabel. De todas formas, se agradece el intento de una cadena pública de hacer producciones dignas, con un buen acabado y que recuperen la historia de España.