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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Mediterráneo

Berlanga, que se definía políticamente como anarquista conservador, siempre tuvo un reverencial respeto por la enseñanza

Ángel S. Harguindey

El martes se programó en La 2 de Televisión Española Calabuch, del genial Luis García Berlanga, en el notable ciclo de La 2, Historias de nuestro cine. Rodada hace casi 60 años mantiene viva su clase y su capacidad corrosiva —con un tono más amable de lo que estaría por llegar al unir fuerzas con el gran Rafael Azcona—, además de ser toda ella un canto al Mediterráneo.

Pirotecnia, bandas de música, fuerzas vivas, estraperlo... por ese pequeño pueblo (Peñíscola) con menos de mil habitantesvan pasando situaciones y figuras que anticiparán lo mejor de su futura filmografía. Ese festejo con la vaquilla Bocanegra, con un espléndido José Luis Ozores en el que se entremezclan una desastrosa torería con una bondadosa actitud paternal hacia la vaca, con esos carros tan solanescos presididos por el alcalde, el cura y el sargento de la Guardia Civil, anticipan La vaquilla, realizada 30 años después. De igual manera que la maestra adquiere de nuevo un papel social fundamental en la comunidad, como ya lo había hecho en Bienvenido, Míster Marshall tres años atrás. Berlanga, que se definía políticamente como anarquista conservador, siempre tuvo un reverencial respeto por la enseñanza, algo que, a la vista está, no comparten en absoluto los actuales conservadores en el poder.

Y allí estaba ese maravilloso farero (Pepe Isbert), jugador telefónico de ajedrez, desgranando las banderas de la flota que buscaba al físico nuclear hasta comprobar que el buque-insignia portaba la del imperio austro-húngaro, un sabio deslumbrado por el estilo de vida de esa especie de arcadia feliz antimilitarista pese a la pobreza reinante, en el que cada uno trabajaba en lo que quería y al ritmo que le apetecía y que, gracias a sus conocimientos, consiguieron vencer a los de Guardamar en el concurso anual pirotécnico.

Mientras tanto, en Antena 3 se proyectaba Torrente 4, otro gran éxito de taquilla de ese stajanovista de la promoción que es Santiago Segura y otra forma de concebir la comedia en la que el talento deja paso a la brocha gorda.

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