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El Prado quiere culminar en 2019 su ampliación al Salón de Reinos

La rehabilitación del antiguo Museo del Ejército rebajará la estimación de 90 millones

Ferran Bono
Fachada del Salón de Reinos, antigua sede del Museo del Ejército de Madrid, por donde se ampliará el Museo del Prado.
Fachada del Salón de Reinos, antigua sede del Museo del Ejército de Madrid, por donde se ampliará el Museo del Prado.Emilio Naranjo (EFE)

El futuro del Museo del Prado pasa por la rehabilitación del antiguo Museo del Ejército, que ocupaba el edificio del Salón de Reinos, perteneciente al palacio del Buen Retiro, hasta su traslado en 2009 al Alcázar de Toledo. La pinacoteca ganará un 16% más de espacio expositivo (2.500 metros cuadrados) y culminará así el ambicioso proyecto del campus del Prado que arrancó con la firma en 1995 de un acuerdo entre todos los partidos políticos para, precisamente, despolitizar su funcionamiento, dotarlo de independencia y ampliar sus dependencias.

Eso ocurrirá en un futuro más o menos cercano, dependiendo de la disponibilidad económica y de la voluntad política. Aunque ayer, a menos de dos meses de las próximas elecciones generales, el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, lo fijó en el horizonte del 2019, cuando el Prado celebre el bicentenario del nacimiento de uno de los más importantes museos del mundo. Lo hizo en el acto de la firma de la cesión del Salón de Reinos al museo por parte del Gobierno, en el que se expresaron muchos deseos y se esbozaron algunas atractivas líneas programáticas, como dedicar las amplias salas del siglo XVII a exposiciones temáticas, transversales, más duraderas en el tiempo y abiertas a la colaboración con otros museos. No se especificó, sin embargo, la cuantía global del proyecto.

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En el plan original de rehabilitación y acondicionamiento de los casi 8.000 metros cuadrados (5.400 útiles) del Salón de Reinos, elaborado hace seis años por el Prado, se estimaba un coste cercano a los 90 millones de euros. Ahora, esa cantidad se reducirá sensiblemente porque se excluirán determinadas actuaciones, como las excavaciones en el subsuelo, según explicó a EL PAÍS Miguel Zugaza, director del Prado.

El propósito es que un tercio de la financiación sea aportada por la iniciativa privada, que se beneficiará de las ventajas fiscales en virtud de la declaración del bicentenario del museo como acontecimiento de excepcional interés público por parte del Gobierno.

De momento, el Ministerio de Cultura ha consignado un millón de euros en el presupuesto del próximo año para poner en marcha un concurso internacional para la redacción del proyecto arquitectónico que debe conservar varios espacios protegidos, como la sala árabe o el Salón de Reinos. Será el próximo gobierno el que deberá buscar y habilitar la financiación plurianual.

En cualquier caso, el proyecto será “austero”, agregó Zugaza. Por ejemplo, espera que no haya “mucho gasto” en la fachada, aunque haya que modificarla ligeramente. “El edificio está muy definido y lo que hay que solucionar es la forma de acceder y circular por el museo y situarlo en el campus —formado por el edificio histórico de Villanueva, el claustro de los Jerónimos y el Casón del Buen Retiro—. Este edificio es muy poco conocido y es necesario que se vea con el resto de las instalaciones”, apuntó.

Esplendor perdido

Ubicado a la espalda del Casón del Buen Retiro, en la calle de Méndez Núñez, el edificio está cerrado desde 2010 y necesita una importante intervención. El jueves se podían observar desconchados y zonas muy deterioradas que dificultan vislumbrar el antiguo esplendor de un palacio que llegó a albergar pinturas que hoy cuelgan en El Prado, como La rendición de Breda, de Velázquez, mucho antes de exhibir las piezas del Museo del Ejército. Una de ellas fue el coche en el que circulaba el almirante Luis Carrero Blanco cuando fue asesinado por ETA con una bomba en el centro de Madrid en 1973.

El demorado y necesario paso administrativo de la cesión se desarrolló bajo los altísimos techos decorados de las estancias con la que Felipe IV pretendía amilanar el ánimo de los embajadores extranjeros que recibía y que un futuro podrían albergar una gran exposición sobre la relación con América y el proceso de independencia de los países latinoamericanos, sugirió Zugaza.

Rubricaron la cesión José Pedro Pérez-Lorca, presidente del Patronato del Prado, José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura, y Pilar Platero, subsecretaria del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, titular del inmueble público. El titular de este ministerio, Cristóbal Montoro, no asistió al acto.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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