Santiago Martín El Viti, I Premio Tauromaquia de Castilla y León

Santiago Martín El Viti (Vitigudino, Salamanca, 1938) ha pedido a los profesionales del toreo el ejercicio de la tauromaquia con fe, ilusión y respeto hacia los discrepantes y detractores, al recoger ayer en Valladolid, el I Premio Tauromaquia de Castilla y León de manos del presidente de esta comunidad, Juan Vicente Herrera.

El Viti, que participo en más de 800 corridas de toros entre 1961 y 1979, con 14 salidas por la puerta grande de Madrid, profesó su "rendida admiración" a los ganaderos, empresarios y toreros que están "soportando una carga" en tiempos de controversia y hostilidad hacia la fiesta brava.

"Seguid con fe y sembrando ilusiones con amor, porque cuando al toro se le tiene ese amor usando la inteligencia, siempre te premia", ha recomendado con una mención especial al diestro Alberto López Simón, presente en el acto y que en su última comparecencia en Madrid, el pasado 2 de octubre en la Feria de Otoño, salió por la puerta grande a cambio de una cornada de la que aún se recupera.

Más de un centenar de personas asistieron a esta entrega en el Real Monasterio de Nuestra Señora de Prado, entre ellas toreros como Andrés Vázquez, Leandro Marcos, Juan Diego y José Miguel Pérez Joselillo.

La proyección de un documental-entrevista dedicado al maestro de Vitigudino, realizado por el fotógrafo Ángel Marcos con música de Luis Delgado, preludió una ceremonia a la que asistieron también Venancio Blanco, autor de la escultura que recibió El Viti delante de su mujer, Carmen Cobaleda, y de sus hijos y nietos.

Hijo de un emigrante a Cuba, El Viti jugó de niño al fútbol, al frontón y a los toros mientras contribuía en las labores de casa, y a pesar de alcanzar pronto fama y notoriedad, "con puertas abiertas y cerradas como en todas las profesiones", nunca pudo convencer a su madre ni a sus abuelos maternos, contrarios a su vocación, pero respetuosos con su decisión.

Juan Vicente Herrera justificó la convocatoria de este premio como "una iniciativa justa, siempre oportuna y nunca tardía del impulso que queremos darle a la tauromaquia". "Son tiempos para defenderse y para respetar la libertad de quienes piensan distinto, pero también de reivindicar el orgullo de nuestras raíces", dijo.

La figura de El Viti, según el acta del jurado, queda definida por una "singular personalidad irrepetible, sus manifestaciones en defensa de la tauromaquia, así como por su calidad de artista en el ruedo y su dimensión humana, cualidades que le hacen merecedor del máximo reconocimiento social e institucional".