Alison Bechdel: “Nuestra cultura se ha volcado en lo gráfico”
La dibujante narró en ‘Fun Home’ la homosexualidad y el suicidio de su padre y su propia infancia. El libro se ha convertido en un musical de éxito
En la primera viñeta de la novela gráfica Fun Home (Reservoir Books), su autora Alison Bechdel (Pensilvania, 1960) aparece retratada de niña jugando, levantada sobre las piernas de su padre. El texto que acompaña la imagen habla del mito de Ícaro y de humor negro, y sienta el tono de estas inolvidables memorias con las que Bechdel sedujo a la crítica y a millones de lectores. La voz de la dibujante adulta que repasa la historia de su exigente padre, un voraz lector obsesionado con las antigüedades y la restauración de una casa histórica, se funde con la de la niña incapaz de entender la homosexualidad reprimida de su progenitor, y con la de la adolescente que decide salir del armario. Las referencias literarias y la potente sinceridad de la historia convirtieron este libro en un fenómeno entre el público que no acostumbra a leer novela gráfica. Pero aún más sorprendente ha sido el apabullante éxito que ha tenido la adaptación a un musical de esta obra, que este año arrasó en Broadway y se alzó con cinco premios Tony.
Inmersa en plena vorágine mediática en la semana previa a la ceremonia de los premios, Bechdel no sale de su asombro. Educada y tímida, viste traje oscuro y gafas de pasta. Ha dejado su casa de Vermont para atender a la prensa y lleva unas semanas intensas. “Ahora necesitaría hacer otro libro para explicar lo extraño y potente que ha sido el proceso de este precioso musical”, comenta en una terraza de Tribeca.
PREGUNTA. Publicó Fun Home y luego vino su siguiente libro¿Eres mi madre? para explicar, entre otras cosas, lo complicado que fue poner por escrito aquellas primeras memorias.
RESPUESTA. Fun Home es una historia dura y pensaba que no iba a ser capaz de contar los secretos, que mi padre era gay y que se mató. Pero tenía un extraño sentido de deber, sentía que tenía que hablar de todo esto públicamente. Esto planteaba muchos problemas en mi entorno familiar y tenía que arreglarlo con mi madre. Para ella fue difícil pero se mostraba comprensiva con el impulso creativo y lo respetaba.
P. Ahora la historia se ha convertido en un musical con tres actrices interpretando a Alison Bechdel (de niña, de adolescente y de adulta) simultáneamente en el escenario.
R. Sí, he probado mi propia medicina, supongo que es lo que mi familia sintió al verse retratados como personajes. Es algo incómodo que te chirría, pero lo cierto es que tanto la autora del libreto como la compositora han sido muy fieles al libro: se han centrado en ese material y los personajes siento que son personas reales. Me he sentido muy bien al ver distintas versiones de mí misma, aunque un poco confundida.
P. ¿Por qué?
R. He estado viviendo en mi pasado, pero a mi manera, ahora los recuerdos se me confunden, a veces no sé que es un recuerdo y qué es parte del libreto. Escribí esto libros para dejar el pasado atrás y resolver algunos asuntos, salieron algunas cosas del disco duro pero el data vuelve a ocupar espacio de memoria.
P. ¿Cuál piensa que fue la clave del éxito de Fun Home?
R. Como era una novela gráfica pilló a todo el mundo por sorpresa. Cuando salió a principios de la década del 2000 era un momento excelente para ese género, estaba cobrando un nuevo impulso.
P.¿Es esta una edad dorada para la novela gráfica?
R. Definitivamente nuestra cultura se vuelca en lo gráfico. Mira los emoticonos, yo pensaba que eran algo ridículo y ahora los uso. Parece que hay algo en la manera que usamos las palabras y la imagen hoy en día para comunicar. Spiegelman demostró con Maus lo que se podía hacer, es un medio increíble para narrar. También Joe Sacco probó que era una buena manera de dar cuenta de lo que estaba pasando en el mundo. Luego están los cómics de los 80 de Robert Crumb, o la serie autobiográfica de Harvey Pekar American Splendor. Hoy hay cada vez más obras extensas y autobiografías gráficas, las imágenes permiten procesar las historias de manera más compleja. Yo de pequeña leía los cómics del movimiento underground y aquello dejó un poso.
Art Spiegelman y Joe Sacco demostraron que la mezcla de imagen y palabra es un medio increíble para narrar”
P. ¿Ha cambiado su forma de trabajar?
R. Empecé mucho antes de la preeminencia de los ordenadores, con tinta y papel. Cuando empezó a imponerse Internet incorporé el uso del escáner y de photoshop, escaneaba mis dibujos. Y también usé mucho la fotografía digital.
P. ¿Cómo?
R. En Fun Home usé más de 4000 fotografías. Frente a un trípode representaba las escenas y las poses y las expresiones de los personajes. Esto me daba un mayor conocimiento de lo que les estaba pasando. Los dibujos se fueron haciendo más complejos.
P. ¿La parte grafica era el punto de partida?
R. Empecé a escribir Fun Home en un procesador de texto, pero tenía que dibujar, así que escribía en las viñetas de un programa de dibujo. El texto era el guión a partir del cual dibujaba.
P. ¿Esto lo volvió más difícil?
R. La dificultad era emocional, así que cualquier escollo adicional era una distracción a la que daba la bienvenida. Fun Home fue un libro muy doloroso de escribir. Nunca hasta entonces había pasado el luto por mi padre, ni me había enfrentado a las mentiras y errores que arrastraba esta historia, ni a mis emociones al respecto.
P. ¿Había algo que quería evitar a toda costa?
R. No quería que fuese un libro sobre homosexualidad, sobre yo y mi padre gay. Quería que tratara sobre la vida de él, y una parte fue su dificultad para salir del armario, pero no sé realmente lo que él pensaba. Quería reflejar de una manera honesta la complejidad y los matices.
P. ¿Hubo mucha edición?
R. Llevaba trabajando 20 años como dibujante y nunca me habían editado. Fun Home era mi primera novela gráfica y fue la primera vez que trabajé con un editora, ella me ayudó a recolocar todo, le enviaba el texto, ella lo editaba y luego yo me ponía a dibujar.
P. Así que las palabras tuvieron un peso excepcional.
R. Fueron el principio, pero las imágenes son parte esencial de esta historia. Las fotos que sacaba de mí misma fueron un elemento clave para empujarme a querer saber más; las palabras, las escenas y los recuerdos. La memoria tiene mucho que ver con ejercitarla.
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