Filmar y grabar

La primera virtud de Policías en acción (La Sexta) es que los reporteros se limitan a filmar y grabar. No aparecen, no opinan: muestran, y que cada cual saque sus propias conclusiones. Nada que ver con los periodistas deportivos empeñados una y otra vez en que comprobemos su erudición futbolística.

La primera conclusión es que la policía se dedica, básicamente, a delitos menores o faltas: broncas, pequeños robos, conductores ebrios... problemas menores pero importantes en la vida cotidiana. El sumario del pasado miércoles abarcaba desde una extraña explosión en un coche en Parla, con un herido grave, a un borracho que triplicaba la tasa de alcohol y que justificaba su estado porque “la mujer de mi primo le ha dejado”, por más que inmediatamente después tratara de explicar que celebraba el que había perdido el Barça, con ese extraordinario vaivén argumental que André Breton no dudaría en calificar de “pensamiento automático”.

Discoteca en Leganés. La jungla del láser. Una joven denunció que los porteros de la discoteca poligonera habían arrojado a su chico por las escaleras y le habían roto un dedo. El chico estaba pero no estaba, vivía sin vivir en él. Gran tensión cuando los policías entraron en la discoteca y conminaron al dj a que apagara la música. Gritos y abucheos. La joven y guerrera denunciante reconoció a los porteros. Detenido uno de ellos, un exboxeador nigeriano. El conflicto dio un giro inesperado: el agredido se había fugado del hospital al que le habían llevado. El negro, a la comisaría, y el herido, ni se sabe.

Está claro: la policía, o parte de ella, tiene más paciencia que Job. Una sugerencia: ¿para cuándo Jueces en acción? Delitos de guante blanco, chorizos trajeados y arcas públicas esquilmadas permanentemente. Otro mundo que también está en este.