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Alardes de valor y firmeza del novillero Roca Rey en Santander

Diego Ventura se fractura los huesos de la nariz en un percance acaecido el domingo

Andrés Roca Rey abrió la puerta grande del coso de Cuatro Caminos, en Santander, en la novillada de seis reses para seis toreros, en una actuación muy completa, basada en el valor y la habilidad técnica para suplir las carencias del último novillo de la tarde. Con media entrada en los tendidos, se lidiaron novillos de El Freixo, desiguales de presentación y juego. Los tres primeros con muy poca fuerza y sin transmisión; complicado y brusco, el cuarto; bueno y con clase el quinto; el sexto, mansote.

Álvaro Lorenzo: estocada desprendida (oreja).
Ginés Marín: pinchazo, media y dos descabellos (silencio tras aviso).
Varea: gran estocada (ovación).
Alejandro Marcos: estocada contraria (oreja).
José Ruiz Muñoz: dos pinchazos y estocada (leves pitos).
Andrés Roca Rey: estocada fulminante (dos orejas).

Roca Rey hizo lo que debe hacer un novillero: generar el ¡olé!, y el ¡ay! El sexto fue un novillo de acometidas desiguales, pocas veces humilladas, que cayó en las mejores manos posibles: las del novillero peruano. Con el capote estuvo variadísimo: verónicas, chicuelinas, rogerinas y un quite con el percal a la espalda. Sufrió un volteretón espeluznante cuando llevaba al animal al caballo, a favor de querencia, pero ni se miró y continuó la lidia con su aplomo habitual.

Con la muleta, superó la tendencia de una tarde en la que casi no había pasado nada, y comenzó con las dos rodillas en tierra. Ya en pie, impuso su concepto de firmeza, quietud y la muleta siempre puesta. Con tan buen trato, el de El Freixo pareció mejor de lo que realmente era, aunque fue evidente la manera en la que se rajó y buscó, al final, el acomodo de los adentros.

El colofón llegó con el acero. Roca Rey sabía que tenía la puerta grande al alcance de la mano y se tiró a matar entre los dos pitones; sufrió otra paliza, voló de nuevo por los aires, y alcanzó el justo premio de las dos orejas con la plaza entregada.

Álvaro Lorenzo meció muy suavemente el capote a la verónica en el que abrió plaza. Fue un novillo cómodo de pitones que metió bien la cara, pero al que le faltaron fuerza y continuidad. Lorenzo enjaretó algunos muletazos en redondo de bella factura, reposado temple y trazo largo, sobre todo por el pitón izquierdo, el mejor.

El segundo novillo estaba tan cogido con alfileres que se echó tres veces en el tramo final del quehacer de Ginés Marín, que compuso un trasteo excesivamente largo, que quedó lastrado por la absoluta falta de transmisión de su oponente. El tercero, chico, tuvo clase, pero ningún poder. Quería deslizarse en la muleta de Varea, pero no podía. El diestro tuvo la virtud de no ponerse pesado y de recetarle una gran estocada en la misma cruz.

Alejandro Marcos estuvo muy por encima del brusco cuarto, que se vencía y sembró el desconcierto entre la infantería en el tercio de banderillas. Complicada res, no agradecida y que, pese a sus dificultades, tampoco transmitía a los tendidos sensación de peligro. Marcos no dio ni un paso atrás, estuvo firme y, además, cobró un espadazo, una tremenda voltereta y una merecida oreja.

José Ruiz Muñoz estuvo por debajo del quinto, un utrero que regaló embestidas de gran clase, humillación y profundidad, que sorpresivamente se echó, a pesar de no haber sido reventado en muletazos mandones como su condición requería.

Ventura, herido en la nariz

El rejoneador Diego Ventura ha sufrido la fractura de los huesos propios de la nariz, una lesión que se produjo el pasado domingo en la feria de Santander como consecuencia del fuerte derrote que recibió en la cara durante la lidia de su primer toro. Según el parte médico, tras las pruebas realizadas ayer en Sevilla, Ventura presenta "un fuerte traumatismo nasal que le ha ocasionado una fractura de huesos propios, una herida inciso-contusa en la región derecha de la nariz y un amplio hematoma perinasal y en la región cigomática derecha. La fractura nasal será reevaluada en los próximos días para decidir tratamiento quirúrgico o inmovilización con ortesis facial".

El percance sobrevino en el último tramo del tercio de banderillas al primer toro de su lote en Santander. En un desplante, el animal soltó un derrote seco que le impactó con violencia en el rostro, que le provocó una fuerte hemorragia, aunque, a pesar de la aparatosidad del percance, el jinete permaneció en la plaza hasta que lidió su segundo toro. Diego Ventura intentará reaparecer en la Feria de Colombinas de Huelva el 31 de julio.

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