Homenaje a Palomo Linares por el rabo que cortó en Madrid en 1972
Desigual comienzo de la feria de Pentecostés en la localidad francesa de Nimes
‘La Comunidad de Madrid a Sebastián Palomo Linares, en recuerdo de aquel 22 de mayo de 1972, en el que le fueron concedidas las dos orejas y el rabo del toro Cigarrón de la ganadería de Atanasio Fernández’
Esta es la leyenda que figura desde ayer en un azulejo descubierto en el ‘pasillo de la fama’ de la plaza de toros de Las Ventas, con motivo del homenaje que el Centro de Asuntos Taurinos (CAT) dedicó al diestro en memoria de su famosa gesta.
Antes de que el torero (Linares (Jaén), 1947) se dirigiera a los numerosos aficionados que llenaron la sala Antonio Bienvenida de la plaza madrileña, Carlos Abella, director del CAT, resaltó la ambición y el valor del homenajeado, y recordó dos datos singulares: fue el primer torero español que confirmó antes en Méjico (1968) que en Madrid (1970), y, segundo, el único que ha cortado un rabo en Las Ventas y en la Monumental mexicana, el 30 de enero del mismo año del triunfo madrileño.
Federico Sánchez Aguilar, periodista y amigo del torero, recordó su biografía, y Salvador Victoria, consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, aportó algunos datos del paso de Palomo por Las Ventas: 28 corridas, 15 orejas, 2 salidas a hombros por la puerta grande y un rabo.
‘Quien no es agradecido, no es bien nacido’; con estas palabras comenzó el torero su intervención, que la dedicó a dar las gracias a todos los que considera artífices de su éxito: sus apoderados, los hermanos Lozano, su familia, sus partidarios y detractores y la plaza de Carabanchel, que lo vio nacer como torero.
Recordó su exitosa trayectoria en la década de los setenta, ‘gracias a mi ambición de querer llegar a ser figura del toreo, y a mi equipo’. ‘Porque el triunfo no se consigue solo’, aseguró, ‘y yo tuve la suerte de contar con el equipo más importante’. ‘Yo no opinaba, solo pensaba en prepararme, en los toros y en torear’, añadió.
Recordó a su madre, que nunca pisó una plaza, y a su padre, minero de profesión, que siempre lo animó y estuvo a su lado.
Dio las gracias ‘a todos los que lo han pasado mal por mi culpa, a la afición, a los partidarios y a los detractores, porque todos colaboraron para que pudiera ser figura’; dijo que había sido siempre radical y ‘mal perdonador’, y que en la plaza fue considerado ‘una persona molesta porque no tenía amigos’.
‘Os debo el 95 por ciento de lo que soy; sin ustedes, yo no sería nada’, terminó Sebastián Palomo Linares, feliz y muy emocionado por el homenaje recibido.
Nimes: Feria de Pentecostés
Ayer se celebró la primera corrida de la feria de Pentecostés en la ciudad francesa de Nimes. Con lleno en los tendidos se lidiaron toros de Garcigrande, desiguales de presentación de juego; el resultado artístico fue el siguiete: Morante de la Puebla, silencio, oreja y ovación; y El Juli, oreja, silencio y oreja.
Babelia
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