El secreto del éxito: sentarse en el sofá

Pueden gustar, o no. Pueden ser más o menos comprensibles sus letras y sus arritmias. Pero hay algo claro: a Nueva Vulcano no le pasa factura estar seis años sin sacar un disco, sus seguidores no retroceden ni un milímetro. Novelería, su cuarto trabajo, coincide con su primera década como grupo (pop, indie, punki, underground, ni ellos quieren etiquetarse) y con el 25º aniversario de su sello, BCore Disc. Y no hay nada nuevo. Nueva Vulcano sigue sonando a Nueva Vulcano, eso sí, con la inevitabilidad de 11 años en los que han empezado a crear minutos como los de 80% Agua.

"Estoy muy contento de que esta canción exista", deja caer Artur Estrada (cantante y guitarrista). Pero nada más lejos de la realidad. No parece ser la canción lo que alegra al también letrista, pero 80% Agua habla de Rita, su hija. "Hay momentos en la vida en los que en un principio no reparas, y sigues andando. Pero con el tiempo te das cuenta de cuánto te ha afectado". Nombres propios y de lugares que se les han ido enganchando a lo largo de los años y que conforman parte del universo de Novelería, como ya hicieron con la misma discográfica en Principal Primera (2004), Juego Entrópico (2005) y Los Peces de Colores (2009).

El videoclip de El mirlo, la primera canción de su nuevo disco, Novelería.

Hay quien podría pensar que después de seis años, Artur Estrada, Wences Aparicio y Albert Guàrdia elegirían otro sonido, algún matiz definitorio que marcara un antes y un después. Pero no. "Es curioso, solo por edad tendríamos que haber evolucionado, pero no hay forma", bromea Estrada. Su sonido de hoy es herencia cuyos protagonistas o son clásicos o se diluyen entre las nuevas masas: Fugazi, The Clash, Fuel, Samiam, The Magnetic Fields, o Tindersticks.

Los peces de colores, el álbum previo a Novelería, ha seguido sonando durante seis años. En menos tiempo otros han desaparecido del recuerdo. "Es curioso, sí. Te sientas en el sofá y no pierdes seguidores. Uno no sabe por qué, quizás el último estaba bien y se ha quedado en la cabeza de la gente…", se ríe Estrada. La verdad es que no han estado sentados en el sofá. Estuvieron dos años de gira con el anterior, luego pararon un poco y después llegó el tour para celebrar su décimo aniversario, el libro de fotos Hasta la boya y volver y, más adelante, Albert Guàrdia cogió el mando: "Se puso en plan mili y dijo que había que grabar".

En cuatro días grabaron Novelería en la Masía Cal Pau. Era la primera vez que tenían calendario fijado y el disco estaba ligeramente preproducido. "Ya habíamos hablado con Santi (el productor) de lo que queríamos. Siempre intentamos llevarlo bastante trabajado porque no podemos jugar a ser Metallica, no tenemos ni el dinero ni el talento como para ponernos a improvisar movidas en el estudio de grabación". Lo que sí tienen es confianza plena en su equipo de trabajo: "Lo hacemos con nuestros colaboradores, la gente que es cercana al grupo se expresa como quiere, nos parece justo". Estrada habla del diseño de Joan Guàrdia, el vídeo de Jordi Castells, la fotografía de Alberto Polo y la producción de Santi García.

Una forma de ser y hacer que no incluye grandes promociones ni cartelería a granel, sino el cuidado y la familiaridad de quien no vive de Nueva Vulcano, aunque lo sean siempre. Sin embargo, con este último trabajo la cosa ha cambiado ligeramente. Estrada cuenta que han tenido que hacer "promo, acústicos en programas y mierdas de grupo normal"; y asegura, entre risas, que algunos de sus amigos puristas los miran con recelo. Algo que, musicalmente, hacen algunos sectores. Han tenido todas las etiquetas y no se quedan con ninguna. "Es complicado, ahora me ha dado por decir rock… pero somos demasiado punkis para los poperos y viceversa".

No saben lo que son, pero para muchos empiezan a coger la solera de una banda de culto. ¿Qué hace falta para conseguirlo? "Tiempo, que no tengas muchos seguidores y que no vendas muchos discos", ironiza Estrada. No hay secretos, como no hay parafernalia en Nueva Vulcano. Dedicación, libre albedrío, poca corrección más allá del trabajo métrico —creen que lo más cercano a lo que sentían en el momento en el que se les ocurrió una nota o una letra debe prevalecer sobre lo que se calcula después— y una sinceridad que trata de ser absoluta, como se adivina en Pop y espiritualidad: "Es muy complicado, es algo que admirar y difícil de conseguir. Queremos ser un grupo que sea una expresión de nosotros mismos". De ellos mismos y de un pequeño ejército, leal y protector, que los sigue.