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OBITUARIOS

Sam Charters, musicólogo y productor discográfico

Investigador de los inicios del blues y el jazz, también grabó rock psicodélico con Country Joe & the Fish

Diego A. Manrique
Sam Charters, historiador del blues.
Sam Charters, historiador del blues. Mick Gold (Redferns)

Samuel Charters falleció el miércoles 18 de marzo en su casa de Arsta, en Suecia, a los 85 años. El folclorista y productor sucumbió al cáncer en su país adoptivo, dónde se instaló en 1970, disgustado por la guerra de Vietnam.

Originario de Pensilvania, Charters fue uno de aquellos coleccionistas de discos de pizarra que, a partir de los años cuarenta, se empeñaron en llenar el vacío de conocimiento respecto al blues rural, una música eclipsada por sus parientes urbanitas. Charters amaba el jazz primitivo pero comprendió que el Delta blues era el gran territorio por explorar. Viajando por el Sur de EEUU, hizo grabaciones de campo para Folkways ; en esa compañía realizó igualmente recopilatorios de canciones de la II Guerra Mundial. Sería luego productor de plantilla para Prestige Records.

En los años cincuenta, Charters había sido investigado por el Comité de Actividades Antiamericanas, lo que le quitó el apetito por la política convencional. Su lucha contra el racismo se concretó en humanizar a la minoría negra mediante la reivindicación de su arte poético y musical.

Su primer libro, The country blues (1959), supuso un verdadero aldabonazo. Venía acompañado por un elepé que impactó entre los músicos jóvenes : los temas allí incluídos serían recreados por Dylan, Allman Brothers, Clapton o Grateful Dead ; una de las canciones, « Walk right in », llegaría al número uno en la versión de los Rooftop Singers.

La pregunta era inevitable : todos aquellos bluesmen legendarios ¿habían fallecido? Ignorando las leyes de la segregación racial, Charters y otros amigos localizaron a figuras que, en general, malvivían en la pobreza. Artistas como Bukka White, Furry Lewis, Lightnin’ Hopkins, Gus Cannon o Sleepy John Estes tuvieron una segunda carrera profesional, actuando en festivales de folk o teloneando a estrellas del rock. En esa época, Charters también tocó música de jug band con Dave Van Ronk o Danny Kalb.

Charters se dejaba arrastrar por la curiosidad : en las Bahamas descubrió a un prodigioso guitarrista, Joseph Spence. Recorrió África para escribir The roots of the blues, sin llegar a encontrar el eslabón perdido pero retratando maravillosamente los usos de la música en las sociedades africanas. Alejado del purismo de colegas como los Lomax, produjo tanto a bluesmen electrificados como al más politizado de los grupos psicodélicos, Country Joe & the Fish. También estuvo detrás del debut de Terry Callier.

El desencanto por la llegada de Richard Nixon a la presidencia, con la consiguiente escalada bélica en el sudeste de Asia, le llevó a Suecia, país que entonces acogía a los desertores de Vietnam. Aprendió sueco y funcionó como traductor, incluso del poeta Tomas Tranströmer, Premio Nobel en 2011.

Con la doble nacionalidad, trabajó con la discográfica Sonet y, ya en los ochenta, fundó Gazell, un sello de jazz y folk. Colaboró también con su esposa, Ann Charters, estudiosa de la beat generation y autora de la primera biografía de Jack Kerouac. Sam publicó poesía y novelas como Elvis Presley calls his mother after the Ed Sullivan Show.

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