“Vengo de una época pasada que ha desaparecido por completo”
Van Morrison ha publicado un disco de duetos con viejos amigos
Con su habitual capacidad de producción, Van Morrison (Belfast, 1945), una de las voces más emblemáticas de la música popular del último medio siglo, ha sacado nuevo disco: Duets: Re-working the catalogue (Sony), en el que repasa su cancionero menos conocido acompañado de amigos y grandes camaradas sobre los escenarios como el soulman fallecido Bobby Womack, Steve Winwood, Mark Knopfler, Taj Mahal, Mavis Staples, Michael Bublé o su propia hija Shana Morrison, entre otros. Poco dado a las entrevistas, El león de Belfast habla del álbum, rememora sus orígenes y reflexiona sobre el estado del blues y la música en directo.
Pregunta. Este disco se grabó bastante rápido. ¿Le gusta entrar en el estudio y no tardar demasiado tiempo?
“Solo quiero cruzar el puente después de un concierto e irme a casa”
Respuesta. Soy de la escuela del “entras y sales” de John Lee Hooker.
P. ¿Cómo fue trabajar con Mavis Staples?
R. Fue fantástico porque es una profesional y lleva en esto mucho tiempo. Toda esta gente sabe lo que hace, ha pasado por ello muchas veces, como yo. Sabe lo que está haciendo: continúa donde se quedó la canción y sigue adelante. No tienes que reflexionar, ni nada. Es algo así como el jazz en contraposición con el rock.
P. ¿Recuerda la primera vez que escuchó a Mavis o The Staple Singers?
R. ¡Oh, Dios! No me acuerdo. Hace tiempo, en algún momento en la década de 1960. Tenía un LP pero estaba muy orientado hacia el góspel. Lo que me cautivó fue que The Staple Singers habían tenido éxitos, pero eran más esotéricos en este álbum que en los éxitos, y lo prefiero.
P. ¿Habla mucho con gente como Mavis cuando viene?
R. En realidad no. Cuando entras en el estudio, se crea una situación de mucha animación. Hay mucha gente y mucha interacción y saludos. Para ser sincero, se convierte más en un evento social, por lo que solo quieres ponerte manos a la obra. A veces hay tantas personas en el estudio que es necesario vaciarlo un poco y ponerte a trabajar, en vez de que se convierta en un acto social. Es complicado.
P. Es fantástico ver que ha vuelto Georgie Fame.
R. Es bueno tener junto a mí a este viejo amigo. Es fantástico. Y, una vez más, sabe qué es lo que tiene que hacer, y lo hace.
P. Como Guy Barker, ¿es la clase de tipo que inicia a uno en los diferentes aspectos del jazz?
R. No me inició, ya lo conocía. En cierta manera, conectamos en algunas cosas. Es un poco como cuando trabajé con The Chieftains. La gente me hacía preguntas sobre The Chieftains. Trabajé con ellos porque tenía relación con Derek Bell. Si no hubiese sido por él, puede que no lo hubiese hecho, pero conectamos musical y espiritualmente. Sucedió lo mismo con Georgie Fame: conectamos porque crecimos con esta música. Uno de los primeros álbumes con los que conecté fue uno de Lambert, Hendricks and Ross. Creo que en Newport, era en directo. Georgie interpretó uno de los temas de ese Gimme That Wine. Creo que Yeh Yeh también estaba en ese álbum. Era un álbum en directo. Ese fue uno de los álbumes clave que solía escuchar cuando tenía 17 o 18 años. También King Pleasure. Probablemente fue uno de los únicos británicos, aparte de Annie Ross, que al principio podía hacer esa clase de música y entenderla.
P. ¿Cuándo conoció por primera vez a Taj Mahal?
R. Más o menos en la década de 1970. Estábamos actuando juntos en un concierto. Creo que era en Filmore West, en San Francisco, a principios de la década de los setenta. Yo estaba intentando salir del negocio de la música, pero Bill Graham seguía presionándome para que diera conciertos. Le dije: “Quiero dejar de actuar”. Y me dijo: “¿Por qué no das un concierto más antes de retirarte?”. Y le dije que estaba harto del negocio. Taj era el telonero. Salió él, y luego yo, y todavía estaba por ahí. Cuando salí, las luces eran tan brillantes, incluso con las gafas oscuras puestas, que no podía ver. Había toda clase de luces psicodélicas que me estaban cegando. Dije que no podía hacerlo, que me marchaba. Taj subió al escenario, cogió el micrófono y dijo que si no podían apagar las putas luces. Lo hicieron porque ese tipo, que medía aproximadamente dos metros, estaba diciendo que apagasen las luces. Y pude dar el concierto. Fue entonces cuando lo conocí.
P. Vuestras voces se compenetran. El diferente nivel de aspereza funciona bien.
R. A los dos nos influyó Leadbelly.
P. Se puede decir que le atraen los pequeños conciertos.
R. Siempre me han gustado, no es nada nuevo. Es difícil hacerlo desde un punto de vista financiero, cuando tienes los gastos generales que tengo. Pero es como un club de cenas privadas y lo pagan todo. Además, nunca me ha gustado viajar, especialmente los viajes de larga distancia. Ahora me gusta todavía menos porque estoy cansado. Solo quiero cruzar el puente después de un concierto e irme a casa.
P. ¿Y trata de evitar las grandes giras lo máximo posible?
R. Ya no puedo hacer giras. Es demasiado agotador. Siempre he actuado en clubes pequeños, incluso cuando tocaba en grandes lugares. Tengo que hacerlo. Para mí es como respirar, es algo que necesito hacer.
P. Sigue siendo espontáneo y sus músicos nunca saben realmente lo que va a aparecer en su lista de canciones en un momento dado de una velada.
R. Sí, tienes que hacerlo así porque de lo contrario se vuelve aburrido, ¿no?
P. Es un poco como en el jazz.
R. Vengo de una época diferente de la que viene mucha gente. La gente con la que andaba cuando era niño era mucho mayor que yo. A ellos les gustaba el jazz, y a algunas personas de mi edad les gusta el jazz, el blues y la música country. Había mucha gente por mi zona que, por una extraña razón, tenía estudios de grabación y estaba metida en esto. No sé cómo fue posible porque era una zona muy pequeña. Sí, yo crecí en esa clase de época. No crecí en Top Of The Pops. Era más esotérico. Era música que te hacía pensar. Escuchar jazz era un compromiso intelectual. No era encender la radio y escuchar las 10 mejores canciones. Por eso me críe con esa mentalidad, gracias a Dios, en vez de recibir la sabiduría popular de la BBC; y eso que, aunque parezca mentira, en aquella época tenía buenos programas de música. Yo vengo de esa época. Hoy en día, eso sería como ser un dinosaurio. Esa época ha desaparecido por completo. Todo estaba interconectado en cierta manera: el jazz, el blues, el folk, y estaba apareciendo la música beat. Había poesía y jazz. Todo estaba interconectado en cierta manera. Vengo de una época pasada.
P. Hablando de la tradición del blues y del R&B, se han convertido en algo muy diferente.
R. Es terrible. No puedo entender lo que ahora llaman R&B. No tiene ningún ritmo. No tiene ningún blues. Para mí, es muy arrítmico. Me parece que es muy robótico. No sé lo que es.
P. Pero se ha convertido en este fenómeno popular.
R. Bueno, es lo que ocurre. Las palabras adquieren significados diferentes después de un tiempo. Es como la palabra “espiritual”. ¿Qué significa? Hoy en día podría significar cualquier cosa. Al igual que hace 100 años significaba médiums y sesiones de espiritismo o algo así. Después significó otra cosa, y luego hay una nueva versión. Por lo tanto, ya no sabes qué significan esas palabras. De hecho, ya no significa mucho porque se ha usado demasiado. Por eso tienes que encontrar otra cosa. Es como “soul”. Ya no sé lo que es ahora. Para mí, el soul era Ray Charles, Sam Cooke, Bobby Bland, Solomon Burke, Bobby Womack. ¿Pero qué es ahora? Es solo una palabra. Puede significar cualquier cosa. ¿Qué es el jazz? No sé qué son algunas de las cosas que dicen que es jazz. También el blues. Algo empezó con Jimmy Hendrix. Por tanto, el punto de partida fueron realmente las guitarras potentes y los acoples, y luego eso se convirtió en el blues. Para mí, no es blues. El blues es Junior Wells y Buddy Guy en un club en directo. Eso era el blues, que se sepa. Incluso las cosas modernas que estaba haciendo John Lee Hooker. Eso es el blues. Como The Healer. Ese tipo de cosas. Por eso no sé qué significa.
P. Por tanto ¿es optimista o pesimista en cuanto a la situación de las tradiciones del blues y del jazz?
R. Bueno, pienso que sabes cuál es la situación y simplemente sigues adelante. No sé si realmente sigue habiendo una tradición. Tuve la suerte de conocer y de frecuentar a todas esas personas, y de trabajar con ellas. Recuerdo la primera vez que vi a Jimmy Witherspoon tocar en Londres. Fue increíble, fue como una experiencia espiritual, a falta de una palabra mejor. Luego le conocí. Tenía unos 65 años, salió, se me acercó y me habló, y frecuentaba los bares como la gente normal. Tuve la suerte de encontrarme con esas personas, de llegar a conocerlas, de salir con ellas y de aprender y observar.
Clive Davis es periodista británico. Colabora en diversos medios.
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