Sergio Prego y la mitología
En los últimos años, Prego ha desarrollado arquitecturas neumáticas hechas de materiales translúcidos que invaden el espacio expositivo e invitan al espectador a recorrer su interior
Las obras de Sergio Prego (San Sebastián, 1969) —esculturas, vídeos, fotografías e instalaciones— son dispositivos complejos que habilitan asociaciones imprevistas entre nociones como las del tiempo y el espacio, o los modos en los que se relacionan el individuo y su entorno. Tetsuo Bound to Fail (1998), uno de sus vídeos, muestra al artista levitando o en el momento en que un chorro de pintura amarilla es arrojado al aire creando de modo fugaz una escultura líquida. En Sin título (2006) pone en evidencia la oposición entre las cualidades documentales y ficticias inherentes en algunos de sus vídeos.
En los últimos años, Prego ha desarrollado arquitecturas neumáticas hechas de materiales translúcidos que invaden el espacio expositivo e invitan al espectador a recorrer su interior. En esta exposición se exhiben un conjunto de esculturas abstractas que representan el cuerpo humano en el espacio. Una de las obras más destacables de la muestra es una escultura de hormigón, titulada 3333 (2014), compuesta por una estructura de formas cilíndricas que parece un esqueleto. Lo que fascina de la pieza, que simboliza la muerte, es la compasión que inspira. El resto del espacio expositivo está transformado en un escenario con connotaciones sexuales. Las piezas abstractas, de formas esféricas y cilíndricas, que tienen una estructura móvil que favorece su transformación, aluden a órganos sexuales del cuerpo humano. La exposición, metafóricamente, remite a la mitología: Eros, el dios del amor, luchando contra Tánato, el genio masculino alado que personifica la muerte, en un combate eterno. Y en última instancia, reafirma la precariedad de la existencia humana.
Sergio Prego. Carreras Mugica. Heros, 2. Bilbao. Hasta el 30 de abril.
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