_
_
_
_
_

Televisión informativa y educativa

‘En tierra hostil’ rompe con el entretenimiento y la ficción en ‘prime time'

Jalis de la Serna y Alejandra Andrade, en el madrileño Museo de Cera.
Jalis de la Serna y Alejandra Andrade, en el madrileño Museo de Cera.Carlos Rosillo

Desde hace dos semanas, En tierra hostil, un programa de reportajes que viaja a los rincones más violentos del planeta, ocupa el prime time de Antena 3 en la noche de los miércoles. Se trata casi de una heroicidad en un territorio dominado por la ficción y el entretenimiento, pero lo cierto es que los espectadores han apoyado la apuesta: 3,2 millones de espectadores comprobaron las duras condiciones de vida de los buscadores de coltán en África en su primera entrega, y la semana pasada el reportaje dedicado a Río de Janeiro convocó ante la pantalla a cerca de 2,5 millones de televidentes y acumuló un 13,1% de cuota. En el entorno del madrileño Museo de Cera, en el que la Historia se hace casi carne, los reporteros Alejandra Andrade y Jalis de la Serna explican a este periódico los métodos y motivaciones de su trabajo, que fotografía la historia de hoy, la que late todos los días.

Su trabajo comienza mucho antes de que se graben las primeras imágenes: “Mi productora, Marcela Morales, viaja antes al terreno para conseguir entrevistas con comandos de narcos, con sicarios… habla con ellos, investiga el terreno durante muchos meses. Hay una producción brutal detrás de cada programa”, relata Alejandra Andrade. “La labor es ímproba por parte de toda la redacción, y es necesario preparar hasta el menor detalle burocrático”, insiste Jalis de la Serna que menciona el caso del reportaje grabado en el Congo, donde “para entrar, tuvimos que hacerlo a través de Ruanda para llegar a la zona de Goma; y sólo para tener un visado de tránsito había que pedirlo con meses de antelación: no podíamos transitar por Ruanda, con lo que tuvimos que estar un día más en el Congo; hay miles de problemas”.

Grabamos entre 20 y 30 horas para quedarnos con 70 minutos

Alejandra Andrade insiste en que intentan “buscar la mejor fórmula para entrar en cada país y trabajamos mucho en quién nos va acompañar”. Una vez que se llega al destino, comienza la grabación del reportaje y parte del trabajo ya debe estar hecho, como asegura Andrade: “ la labor de las productoras es que lleguemos con los contactos hechos”, aunque “siempre llevamos colchones, por si se te caen personajes, si tienes que renunciar a algún entrevistado… En eso tenemos ya mucho callo, hay un plan A, un B y un V, pero a veces hay que cambiar el rumbo del reportaje”.

En tierra hostil es un programa que se elabora sobre el terreno y a pesar de partir de hilos que ya se han trenzado, Jalis de la Serna mantiene una máxima: “Lo que pasa es lo que conviene”; las circunstancias “te van marcando el paso y así resuelves de una manera o de otra. Si no he podido conseguir tal entrevista, eso me ha servido para buscarme la vida y encontrar otra igual de buena”. “Ya llevamos tiempo resolviendo problemas en la calle y la experiencia te hace saber dar la pauta hasta que se resuelven las cosas”, apunta Andrade.

Imagen del programa dedicado a Ucrania.
Imagen del programa dedicado a Ucrania.

En tierra hostil, además, se vuelca al espectador con una estética premeditada: “Nosotros decimos que es una road movie, se busca en cada reportaje una estructura en movimiento, crear la información, dosificarla, añadir música para complementar… Te respalda una realidad muy dolorosa”, afirma de la Serna.

Para que el espectador asista a una entrega de En tierra hostil, el programa ha de dejar de lado mucho material: “Desechamos mucho y es duro, pero no puedes durar más de 70 minutos. Grabamos entre 20 y 30 horas para quedarnos con una; intentamos quedamos con lo mejor”. Y, por descontado, se trata de un trabajo de alto riesgo: “No somos ningunos kamikazes, minimizamos riesgos, hay cosas que no hacemos, tenemos experiencia, nuestros cámaras Jacobo y Armando son “callejeros” como nosotros y sabemos manejar nuestra intuición. Yo hablo con porcentajes: si tengo que entrar, por ejemplo, en una favela y tengo un porcentaje de seguridad del 95%, entro. Si lo tengo del 90%, no”, asegura Alejandra Andrade.

Es un ejemplo de que si das un producto de calidad la gente lo ve

Por su parte, de la Serna asegura que el riesgo siempre está presente: “En las minas de el Congo he vivido el peligro, o en Ucrania, donde nos hemos visto envueltos en tiroteo en la calle, pero estás ahí y te toca dar un paso adelante. Si te dejas afectar por el miedo haces mal tu trabajo”. Por descontado, “la dureza de enfrentarte con situaciones que reflejan lo peor del ser humano la asimilas y la clave está en pensar que hacemos un trabajo útil; como reportero, estás en un entorno donde se desprecian los derechos humanos, pero estás ahí para denunciarlo, no para ser meros espectadores. Mostramos la violencia porque nuestro trabajo es contarlo y crear conciencia para que, tal vez, entre todos podamos aunar voluntades y cambiar estas realidades”.

En esta línea abunda Andrade: “Nosotros somos unos privilegiados al poder contarlo; a veces crees que no consigues nada, pero lo importante es contarlo. Hay temas de narcotráfico, por ejemplo, que te parece que están lejos, pero al final nos toca de cerca: la coca que llega a los baños de las discotecas de Madrid llega porque hay gente que se está matando en otros lugares del mundo. Y tenemos el privilegio de que eso se emita en prime time”.

Jalis de la Serna, en el programa grabado en Ucrania.
Jalis de la Serna, en el programa grabado en Ucrania.

De este modo, se puede afirmar que hay un público para una televisión diferente en horario de máxima audiencia. Un público que quiere ver En tierra hostil: “Eso es una triunfada”, afirma, eufórica, Andrade. “Es un ejemplo de que si das un producto de calidad la gente lo ve, no todo ha de ser entretenimiento y ficción. A la gente le puede interesar un programa con valor informativo y educativo. Dar a conocer es educar, lo que no puedes es adoctrinar, pero aportar información siempre es educar, en especial si informas de realidades poco conocidas”, remata De la Serna, que agradece “la apuesta valiente de Antena 3. Los directivos han decidido apoyarnos y nos alegramos de que les haya salido bien”. “De hecho, pensábamos que el programa iba a recaer en laSexta”, añade Andrade.

Además, En tierra hostil se mueve con completa libertad, como afirma Jalis de la Serna: “No hemos tenido cortapisa alguna, desde la elección de temas hasta lo que grabamos; a la hora de la edición todos tenemos jefes, desde luego, y te pueden cambiar el guion o pedirte que acortes una imagen demasiado explícita… pero en ningún caso editorializar el reportaje”. Un trabajo, pues, como afirma Andrade, que nace de “nuestra condición de reporteros; Jalis y yo somos incapaces de estar en una redacción, queremos conocer la información en la calle, de primera mano, y los dos tenemos una vocación social, de entender y reflejar el entorno que vivimos y qué mejor manera de hacerlo que viviéndolo, de primera mano. En eso somos privilegiados”.

No hemos tenido cortapisa alguna, desde la elección de temas hasta lo que grabamos

La entrega de esta noche de En tierra hostil viajará a Ucrania y promete emociones fuertes: “Hemos vivido el conflicto desde dentro, en Donnesk, y nos hemos visto envueltos en circunstancias muy conflictivas, hemos estado retenidos, nos han apuntado con kalashnikov grabando tanques de las tropas prorrusas… El espectador va a entender la realidad de manera directa y a comprender exactamente el conflicto, va a tener claras las claves”

Es En tierra hostil un ejemplo de televisión verdadera: “lo que mostramos lo hemos vivido de primera mano, hemos estado ahí y lo hemos tenido de frente”, afirma Alejandra Andrade.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_