“El ajedrez ayuda a entender que todos somos iguales”
Entrevista a Hiquíngari Carranza, presidente de la Fundación Kasparov de Ajedrez para Iberoamérica, que tiene como objetivo formar a profesores de la región en este deporte
Hiquíngari Carranza se retiró del ajedrez de manera oficial a los 18 años. Su pasión era tan grande que comenzó a descuidar los otros aspectos de su vida. Sin embargo, dos décadas después, la vehemencia de ese tablero con 64 casillas, 32 piezas y un número de partidas posibles que excede al número de átomos en el universo, lo llevó a retomarlo. De otra forma, eso sí: el reto ya no sería derribar a un contrincante cualquiera en una única partida, sino el de promover y difundir este apasionante deporte en toda una región. Ahora, este mexicano de 55 años, es presidente de la Fundación Kasparov de Ajedrez para Iberoamérica desde su inauguración en abril de 2014, y su objetivo es la formación de profesores para hacer llegar el ajedrez a todos los rincones donde exista un espacio en el que las fichas blancas y negras puedan enfrentarse otra vez.
P. En octubre lanzaron el primer seminario de ajedrez como herramienta pedagógica. Pasados casi seis meses, ¿cuáles son los resultados?
R. Sin duda hemos logrado algo que en origen jamás imaginamos, y es tener a casi 3.000 profesores formados para enseñar ajedrez, los cuales se reciben el próximo martes 10 de marzo. La gente se lo ha tomado con muchísima seriedad y entusiasmo.
El ajedrez aumenta la atención, concentración. Desarrolla la memoria y la capacidad de percepción"
P. Una vez que los profesores adquieren el conocimiento, ¿qué sigue?
R. Que transmitan lo aprendido en sus aulas. Además, queremos implementar una política de emprendedores para que estos profesores abran su propia academia vecinal. Por otro lado queremos lograr que este deporte forme parte de las políticas públicas de educación en México.
P. ¿Cómo ayuda el ajedrez en el aprendizaje de los niños?
R. Aumenta la atención y concentración. Desarrolla la memoria y la capacidad de percepción. Estos dos aspectos ayudan a desarrollar la expresión verbal, la imaginación, la intuición. Refuerza los hábitos de estudio y esto potencia capacidades de cálculo, análisis, síntesis.
P. ¿Y a nivel social?
R. Ayuda a expresar y controlar los sentimientos. El niño entiende que no es el ombligo del mundo. Del otro lado del tablero hay otro chico que juega y que muchas veces gana, alguien que reacciona y que le obliga a pensar, a entender que el otro también está maquinando. Les ayuda a crear ambientes positivos y a reconocer las cualidades de las otras personas. También entienden que todos somos iguales, que su rival puede ser una mujer, un anciano, un joven. Ayuda a tomar las decisiones correctas en poco tiempo.
P. En una sociedad con tanta violencia como la latinoamericana, ¿por qué dar espacio en las aulas al ajedrez?
R. Va relacionado con la anterior y con que finalmente la delincuencia surge cuando la sociedad está disgregada. Pero si hay una capacidad de respuesta para poder discernir ante una situación complicada, entonces la sociedad es mucho más difícil de corromper.
P. ¿A qué edad es preferible aprender?
R. A a partir de los seis años, pero desde los tres es aconsejable enseñar la geografía del tablero, el valor de las piezas, lo conceptual.
P. Y para un adulto que nunca aprendió ¿todavía hay tiempo?
R. Sin duda, el ajedrez aprendido a una edad adulta ayuda a frenar el envejecimiento cerebral. Hay que impulsarlo a todas las edades.
P. ¿Por qué casi ningún torneo es mixto?
R. Hay cientos de respuestas que van desde el rol social que ha jugado el hombre hasta quienes creen que el cerebro opera de manera distinta. Yo creo que simplemente se debe a que ha sido un juego de hombres por antonomasia. Esto es un error ya que las mujeres tienen las mismas capacidades, basta con ver el juego de las hermanas húngaras Polgar. Hoy por hoy hay un movimiento importante para terminar esto.
P. ¿Puedo decir que la fundación está atacando esta desigualdad y que en los siguientes torneos veremos a mujeres contra hombres?
R. Sin duda. Lo fomentamos de la misma manera para hombres que para mujeres y la separación en los torneos se revertirá muy pronto. En 2012 en el festival de la UNAM se enfrentó Judit Polgar contra Magnus Carlsen y Polgar le ganó una partida.
P. ¿Carlsen es el mejor jugador de la historia?
R. Es muy difícil medirlo. El ajedrez de hace 20 años es muy distinto al de hoy. Antes no existían las computadoras, y hoy esas máquinas guardan una cantidad infinita de partidas. Ahora los jóvenes aprenden con estas computadoras.
P. ¿Qué pasó con la famosa máquina Deep Blue?
R. La máquina finalmente es una creación del ser humano, entonces el hombre no compite contra la máquina sino contra sí mismo. Deep Blue le ganó a Kasparov porque esa computadora la prepararon para jugar contra él, pero hombre y máquina no son comparables.
P. ¿Usted qué le debe al ajedrez?
R. Le debo muchísimo. Ha sido una compañía extraordinaria, me ha dotado de herramientas que de otra manera difícilmente habría podido adquirir, por ejemplo, la capacidad de análisis, aplicar estrategias exitosas, capacidad para buscar la mejor variante. Hoy por hoy me doy cuenta que mis primeros años en el ajedrez me marcaron para toda la vida.
P. ¿Recuerda su primer tablero?
R. Era de Martí con las fichas muy redondas y ya muy desgastadas porque era de mi abuelo. Son recuerdos vagos pero que ahora que me pregunta están ahí en mi memoria y en mi corazón.
P. Un consejo para los ajedrecistas
R. El que decida tomar el camino del ajedrez lo debe tomar a profundidad y con seriedad. Es una actividad muy demandante pero muy gratificante y uno se lleva consigo muchas herramientas para afrontar la vida. Es una actividad única.
P. ¿Deporte, arte u ocio?
R. Si lo etiquetamos lo limitamos. Es un deporte, pero también es ciencia, arte, una herramienta pedagógica y una expresión humana.
Para enseñar a jugar Ajedrez
La próxima semana se abren inscripciones para la formación de profesores que comenzará en abril. Consiste en dos días de un seminario presencial con especialistas internacionales, y después son seis meses de formación en línea. No es necesario saber jugar ajedrez ni ser un súper dotado. El coste es de 850 pesos (55 dólares). La página para inscribirse es: www.kasparovfundacionajedrez.com
Babelia
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