Javier Cámara: “Ponía el alma en cada una de las frases que pronunciaba”
El actor que trabajó con Amparo Baró en '7 vidas' habla de la intérprete fallecida
Javier Cámara no ha podido despedirse de Amparo Baró, y lo lamenta. Habló con ella hace meses y hoy se ha topado con la noticia de su muerte. Cada día de los cuatro años en los que trabajó con la actriz en la comedia 7 Vidas, Cámara dice que aprendió algo. "Con Amparo se pierde no solo una mujer de carácter y una trabajadora incansable, también desaparece una intérprete de una gran profesionalidad. Ella exigía siempre a los demás profesionalidad, pero la primera que la ejercía era ella”, ha explicado Cámara esta mañana en conversación telefónica con este periódico.
Para la actriz barcelonesa, bregada en teatro y cine durante años y que conoció la popularidad gracias a 7 Vidas, hacer comedia era algo muy serio, comenta su compañero en la serie. "Nos enseñó a todos, actores, guionistas y directores cómo enfrentarnos a una sitcom, algo que nosotros creíamos nuevo en el panorama televisivo y que ella ya había hecho hacía años. Siempre decía que en la comedia, los personajes tenían que estar por debajo de los actores. Ella ponía el alma en cada una de las frases que pronunciaba. En ella tuvimos siempre el ejemplo de la pasión que ponía en cada uno de sus personajes".
El último trabajo de Baró en el teatro fue Agosto, obra de Tracy Letts que dirigió Gerardo Vera a finales de 2011, en la que compartió escenario con Carmen Machi, Irene Escolar y Alicia Borrachero, entre otros actores. Vera, entonces al frente del Centro Dramático Nacional, llamó en tres ocasiones a Amparo Baró para ofrecerle diferentes obras. "En las tres ocasiones me dio calabazas, pero cuando tuve en mis manos el guion de Agosto se lo envié. Fue un lunes cuando ella lo recibió y el martes me llamó para decirme que mataba por hacerlo", ha explicado esta mañana Vera en conversación telefónica. La actriz barcelonesa ha fallecido con un proyecto que también iba a dirigir Vera en el teatro Arriaga de Bilbao, Se trataba de la obra Maria Kowalska, en versión de José Luis Collado, que leyó durante una estancia hospitalaria y le emocionó mucho. Kowalska fue una de las supervivientes del gueto de Varsovia.
Para Vera, con Amparo Baró desaparece la memoria de una gran generación de la escena española. "Ella era una de la grandes, lo había hecho todo, cine, teatro, televisión, era una todoterreno, una mujer moderna e inquieta que en los años cincuenta, en plena dictadura franquista, se atrevió con Frankie y la boda, de Carson McCuller, una obra muy controvertida entonces. El dramaturgo recuerda el trabajo "excepcional" de la actriz en el escenario de Agosto. "Como Nuria Espert, era una actriz que tenía ese plus de los grandes que reside entre la sensibilidad y la inteligencia. Su manera de sostener el personaje en el escenario sin interrupciones era asombroso. Agarraba su personaje, lo estrujaba, lo abrazaba, lo diseccionaba y no lo soltaba, para vivirlo luego y ofrecérselo al director y a los espectadores. Tenía un talento, un brillo especial en los ojos, que desbordaba cualquier previsión".
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