Presente y futuro lobotomizados
En la historia había héroes; en la memoria, víctimas. La historia era lineal y progresiva; la memoria, polifacética y contradictoria. La historia es ciencia; la memoria, cultura. Memoria histórica es un eufemismo político para la historia oficial, la que recoge el devenir colectivo y lo transmite como fuente de legitimidad. La contramemoria es la que transmite la otra versión de los hechos.
Al instituir oficialmente la memoria histórica para elevar la contramemoria a categoría oficial paradójicamente se devalúa y se desactiva la historia oficial. Así, todo se diluye en un presente problemático donde nada es lineal ni progresivo, ni polifacético ni contradictorio. La contramemoria republicana ya no es un legado para iniciados, pero tampoco un punto de encuentro legitimador. La historia oficial ha olvidado el mito fundacional de la Transición. Y la convivencia vasca no se fundará en la memoria de las víctimas del terrorismo
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