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Honorable a la fuga

En unas memorias que parecen un libro de aventuras, Jessica Mitford narra su vida hasta 1940

Jessica Mitford y Esmond Romilly en 1938.
Jessica Mitford y Esmond Romilly en 1938.

Jessica Mitford (1917-1996) fue la sexta hija de los barones de Redesdale y, por tanto, una de las hermanas Mitford (la quinta) que se hicieron notorias en Reino Unido durante los años treinta. Todas las hijas del barón recibían el tratamiento de “honorable”, y de ahí el título original de la obra: Hons and Rebels (1960). La más recordada hoy es Nancy, una escritora satírica en la línea de P. G. Wodehouse que se inspiró en varios miembros de su familia para mostrar las costumbres y retratar los tipos humanos que producían las clases altas británicas.

En su tiempo alcanzó mayor fama Diana, primero casada con el riquísimo Bryan Guinness y tras un escandaloso divorcio esposada con Oswald Mosley, el líder de la Unión Británica de Fascistas. Este segundo matrimonio se celebró en casa de Goebbels con Adolf Hitler como invitado, lo que se debió a la estrecha amistad de otra Mitford —llamada con predestinación Unity Valkyrie (Unidad Valquiria)—, con la cúpula del nazismo. En 1939 esta última hermana, que había amenazado con suicidarse si Reino Unido declaraba la guerra a Alemania, se disparó en la cabeza y fue repatriada.

Al igual que sus hermanas,  Jessica Mitford  también se sumó al fervor totalitario, pero como comunista

Valgan estas referencias familiares y políticas para resumir el ambiente de Nobles y rebeldes, las memorias donde Jessica narró su vida hasta 1940, cuando apenas había cumplido los 23 años. La autora dedicó los primeros 14 capítulos a su infancia y adolescencia en la casa de campo de su familia, donde si bien recibió una educación que no distaba mucho de la de otras mujeres de su misma condición, contó con el raro aliciente de pertenecer a un grupo de hermanos excepcionalmente competitivo.

De hecho, al igual que sus hermanas, también ella se sumó al fervor totalitario que recorría la Europa de entreguerras, pero por el lado comunista. Enamorada de su primo Esmond Romilly —un sobrino de Churchill escapado del colegio que andaba por Londres denunciando los privilegios de su clase—, se fugó con él a España para luchar por la República. El resto del libro se lee como la vibrante novela de aventuras de unos buscavidas, pues esa es la existencia que llevó primero en España y después en Reino Unido y EE UU, ya casada y lejos de la esfera familiar. Eso sí, unos buscavidas con excelentes cartas de recomendación.

No cuesta imaginársela esperando en un muelle de Bermeo, donde intentaban persuadirla de que subiera a bordo de la fragata enviada por el Gobierno británico para llevársela de vuelta a Reino Unido. Y tampoco cuesta figurársela en Nueva York siendo objeto del timo de las apuestas, o en Miami llevando las cuentas del restaurante italiano donde Esmond preparaba cócteles. Sin embargo, pese a las abundantes peripecias y la gracia con que las contó, al terminar el libro uno se queda con la sensación de haber leído una historia truncada, como lo fue su historia de amor con Esmond Romilly, cuyo triste final se vio incapaz de narrar.

 Nobles y rebeldes. Jessica Mitford. Traducción de Patricia Antón. Libros del Asteroide. Barcelona, 2014. 315 páginas. 22,95 euros

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