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La televisión se llena de escritores que debutan como guionistas

Los novelistas buscan tener un mayor control en sus producciones

Arriba Stephen King (izquierda) y Tom Perrotta. Abajo, Carlton Cuse (izquierda) y George R. R. Martin.
Arriba Stephen King (izquierda) y Tom Perrotta. Abajo, Carlton Cuse (izquierda) y George R. R. Martin.

Ernest Hemingway solía recomendar a los autores interesados en labrarse una carrera en Hollywood que tiraran su libro a la industria, cogieran el dinero y salieran corriendo por donde habían venido “como alma que lleva el diablo”. Durante años así ha sido. Pero los hay que les gusta llevar la contraria y cada vez son más. Stephen King no contento con haber vendido La cúpula como serie de televisión escribió este año el primer episodio de la segunda temporada. Es algo que George R. R. Martin ha hecho hasta ahora en cada una de las temporadas de Juego de tronos, un episodio por año: ‘The pointy end’ en la primera, ‘Blackwater’ en la segunda, ‘The bear & the maiden fair’ en la tercera y ‘The lion & the rose’ en la cuarta. Para la quinta, acaba de anunciar en la Comic-Con de San Diego (EE UU) que se retira como guionista. No por falta de ganas, sino porque le quita tiempo para acabar su sexto libro, The winds of winter, y la serie ya le está pisando los talones a su saga.

George R. R. Martin juró que no volvería a trabajar en la pequeña pantalla

Tom Perrotta, autor de Election y Little children, ahora es el creador (junto con Damon Lindeloff) de la serie The leftovers, basada también en su propio libro. Robert Kirkman, guionista de cómics y creador de The walking dead, también participa activamente en los guiones de su serie. Elwood Reid, Nic Pizzolatto y David Benioff, showrunners de The Bridge, True detective y Juego de tronos, respectivamente, también son novelistas.

Es fácil preguntarse el porqué de esta explosión de novelistas metidos a guionistas. Y todavía más fácil pensar que se sienten amenazados en un momento en el que se considera a los showrunners, a los creadores de las series, como los nuevos escritores. Pero las verdaderas razones son bastante más variopintas y pedestres. Por ejemplo la de King, motivado por la pura envidia. “Sabía que R. R. Martin había escrito varios episodios de Juego de tronos y me dio celos”, admitió al periódico Los Angeles Times un autor que se diría lo tiene todo incluidas algunas de las obras más conocidas de la cultura contemporánea, sea en papel o en la pantalla, como Carrie o El resplandor. Además de los celos a King le poseyó el deseo de tener un poco más de control en la serie, de marcar el rumbo de la temporada, escribiendo el guión de su puño y letra. “Fue todo un voto de confianza para la serie, la mejor manera de demostrar que cree en el show”, reconoció a este diario Mike Vogel, protagonista de la serie. En su opinión, el toque King le ha dado a esta temporada de La cúpula un aire más “tétrico y divertido” a la vez, consiguiendo imbuir un mayor “poder de sugestión” que será desarrollado a lo largo de la temporada.

Stephen King participó en ‘La cúpula’ por pura envidia

Este también es el deseo de Perrotta. Llevar la serie más allá de las 400 páginas de su novela, asemejarse a los novelistas del siglo XIX, esos que escribían por entregas y siempre iban un par de pasos por delante de sus lectores. Ahora se trata de espectadores con ganas de conocer el mundo de posibilidades que les ofrecerá The leftovers como serie. Porque como dice su creador y escritor, “son muchas más las historias por contar”.

Lo de Martin tiene más delito porque el novelista era un guionista renegado que juró nunca volver al medio tras haber trabajado en televisión escribiendo episodios para Rumbo a lo desconocido o La bella y la bestia. Sin embargo ahora, si tuviera tiempo, le gustaría hacer “tres o cuatro” guiones por temporada. No se engaña. No espera contar por ello con más poder para controlar una serie como Juego de tronos. Muy a la contra, en The bear & The maiden fair tuvo que poner el oso (the bear) en el título cuando el episodio heredó un plantígrado de otro capítulo en el que no les dio tiempo a incluir esa parte de la trama ya escrita por Benioff.

“Cuando me preguntaron si estaría interesada en escribir algún guion le dije que no porque no funciono bien en grupo. Cuando escribo nadie me toca una coma”, comentó a EL PAÍS la escritora Diana Gabaldón en referencia a la nueva serie Outlander, basada en su propia saga literaria. Pero los hay que piensan todo lo contrario, como Carlton Cuse, uno de los creadores de Perdidos y ahora encargado de adaptar la novela de Guillermo del Toro, The strain. “Escribir para televisión se ha convertido en la mejor forma de contar una historia porque es fruto de la colaboración. Sentarse en una habitación, solo, a escribir una novela suena como un dolor de muelas”, resumió uno de los creadores más cotizados en la actualidad.

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